domingo, noviembre 08, 2015

Cuando viajas, la curiosidad se vuelve continua, pues todo es nuevo y quieres conocerlo. ~Autor desconocido


Croacia y Rumanía 2015, Capítulo 4: Bok Zagreb

A pesar de las predicciones pesimistas de Alex e Ivana sobre el tráfico que encontraríamos de regreso a Zagreb y del poco tiempo que tendríamos para ver lo más relevante de la capital pues habría que salir hacia Plitvice a más tardar a las 12:00 pm, tuvimos la enorme fortuna de que el regreso fuera bastante rápido.
Quiero mencionar que las carreteras y puentes de Croacia están en muy buen estado así que eso ayuda mucho a que no se pierda tiempo en los traslados… amén de que el buen Alex le pisaba bastante al acelerador lo cual se notaba sólo si me asomaba al velocímetro porque él manejaba híper bien. En la vuelta a Zagreb agregamos dos palabras más a nuestro inicipiente vocabulario: “Izlaz” en croata significa “Salida” y “Bok” que es un saludo mucho más informal (tipo “hola” en español).
En lo que sí no tuvimos tanta suerte en este primer día de visitas fue en el clima. Llovió, llovió y llovió en Zagreb… pero bueno, el clima es algo que no se puede controlar. La verdad fue una lástima que, a pesar de que llegamos a buena hora, estuvimos poco tiempo. Nos hubiera encantado quedarnos por lo menos otro medio día, a pesar de que el día anterior deambulamos un poquito cerca del hotel para buscar dónde cenar.
En fin, la visita con Ivana fue bastante detallada y entretenida. Zagreb (que, contrario a lo que yo pensaba se pronuncia como si tuviera acento en la “a”) es la ciudad más grande de Croacia; es sede del gobierno y de casi todos los ministerios -secretarías, diríamos en México. Está estratégicamente ubicada para conectar a Europa Central con el mar Adriático y su población actual asciende a poco más de un millón de habitantes.
El área fue habitada desde el neolítico; sin embargo, utilizando como base una maqueta de la ciudad, Ivana nos explicó que el casco antiguo se conforma de dos partes: Kaptol y Gradec. Hasta antes de 1851, estas eran dos comunidades separadas y muy competitivas; en ese año las dos localidades se convirtieron en una sola, surgiendo Zagreb. Kaptol es donde se encuentra el poder religioso y Gradec, donde está el poder estatal. Por supuesto, la ciudad se extiende más allá en lo que los croatas denominan “Nuevo Zagreb”. En cuanto a transporte público, se cuenta con tranvías, autobuses urbanos y hasta un funicular.
Culturalmente hablando, la ciudad se distingue por contar con más de 20 museos –entre ellos dos modernos denominados “Museo de las Relaciones Rotas” y “Museo de la Ilusión”,- 20 teatros, varios parques, iglesias, plazas, galerías de arte, y por organizar multitud de eventos con muestras artísticas, de diseño y moda a lo largo del año. Además, es un centro económico muy importante para el país.
Después fuimos a visitar la Catedral en cuyo interior se encuentran las reliquias del Cardenal Stepinac, quien fue arzobispo de Zagreb y a quien Juan Pablo II declaró beato mártir en 1998 porque “por su firme conciencia cristiana, supo resistir a todo totalitarismo, haciéndose defensor de los judíos, los ortodoxos y todos los perseguidos en el tiempo de la dictadura nazi y fascista, y después, en el período del comunismo, «abogado» de sus fieles, especialmente de tantos sacerdotes perseguidos y asesinados.” Nuestro amigo el escultor Ivan Meštrović le dedicó una estatua que se encuentra también dentro de la catedral.
Otro punto relevante es la tabla del alfabeto glagolítico: el más antiguo de los alfabetos eslavos que se conocen. Fue creado por los santos Cirilo y Metodio alrededor de 862-863 para traducir la Biblia y otros textos a las lenguas eslavas. Hoy en día, los rusos siguen usando el alfabeto cirílico, llamado así obviamente por su autor, San Cirilo.
Próximo capítulo: Cuesta arriba en Zagreb

viernes, noviembre 06, 2015

La comprensión mutua sería enormemente facilitada por el uso de una lengua universal. ~Nikola Tesla


Croacia y Rumanía 2015, Capítulo 3: ¡Dobar dan!

Cuando por fin llegamos a Zagreb, nos recibió Alex: el chico croata que sería nuestro conductor durante todo el viaje. Muy buena onda nos explicó en inglés que en cada lugar él mismo o un guía local que nos proporcionarían la información necesaria para explorar.

Al día siguiente visitaríamos la ciudad cercana de Varaždin y tendríamos un tour guiado de Zagreb antes de tomar la carretera hacia el Parque Nacional de los Lagos de Plitvice. Muy cansadas llegamos al hotel dispuestas sólo a dormir y estar listas para el ajetreado itinerario.

Con todo y maletas nos encontramos al día siguiente a las 7:00 am con Alex y con Ivana, la guía local. La primera palabra aprendida en croata fue "Dobar dan" que se usa para saludar a cualquier hora (tipo ¡Buen día"). Emprendimos el camino a Varaždin armadas con paraguas pues el día pintaba gris y lluvioso...

Ivana nos contó que Varaždin, ciudad que fue capital de Croacia en el siglo XVIII hasta el año 1776 cuando un incendio arrasó con todo. A partir de esa fecha, fue abandonada por sus ciudadanos y el gobierno se estableció en Zagreb, que es la capital desde entonces.

Hoy se conoce a Varaždin como “la pequeña Viena” ya que en su casco histórico hay numerosas iglesias, palacios y conventos en estilo barroco. Su monumento más importante es un castillo fortaleza que ahora aparenta ser renacentista aunque fue construido en el siglo XII.

Paseando por las calles, Ivana nos mostró fue una de las tres estatuas de Gregorio de Nin realizadas producidas por Iván Mestrovic: croata considerado posiblemente como uno de los más grandes escultores religiosos desde el Renacimiento y la primera persona en hacer una exposición individual en el Metropolitan Museum of Art en New York City. La segunda la veríamos en Split días más tarde.

Para nuestro acervo cultural, nos contó que este Gregorio fue un croata medieval Obispo de la ciudad de Nin quien se opuso firmemente a la Papa y los círculos oficiales de la iglesia e introdujo el lengua nacional en los servicios religiosos ya que hasta ese momento se llevaban a cabo en latín, haciéndolos incomprensibles para la mayoría de la población. No sólo fue importante para la cultura y lengua croata pero también hacía cristianismo más fuerte dentro de la Reino croata. De ahí la admiración de Mestrovic. Siguiendo la costumbre local, frotamos el dedo gordo del pie de Gregorio ya que da buena suerte...

Antes de dejar Varaždin, Ivana también nos mostró algo simpático: Angelópolis, la expresión de un artista que en un pequeño rincón de una plaza colocó pequeñas esculturas angelicales iluminadas con luces de colores. ¡Bastante curioso!
Próximo capítulo: Bok Zagreb

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jueves, noviembre 05, 2015

Nuestros sentidos nos permiten percibir sólo una pequeña porción del mundo exterior. ~Nikola Tesla




Croacia y Rumanía 2015, Capítulo 2: Inicia la aventura croata



Adquiridas las ligeras pero calientitas chamarras recomendadas por nuestra genial agente de viajes como último artículo de equipaje, y habiendo dejado a todas las mascotas en manos de gente de confianza, fue como el sábado 17 de octubre llegamos a bordo de un Uber a la terminal 1 del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México para subir al primer vuelo de Lufthansa con destino a Frankfurt. Este trayecto nos llevaría alrededor de 10 horas y media. De ahí, tomaríamos otro vuelo de dos horas a Zagreb, la capital de Croacia.

Y aprovechando que, aunque cansados, fueron vuelos tranquilos y sin novedades, dedico este capítulo para compartir una breve introducción a Croacia, antes de “aterrizar”:
Para comenzar he de aclarar que, aún cuando está comprobado que los croatas (de origen desconocido a la fecha) arribaron a la zona a principios del siglo VII, lo que hoy conocemos como la moderna Croacia es en realidad una nación muy joven a quien le ha costado sangre construir su presente.
Su destino ha estado ligado al de poderosos imperios. Primero, porque una porción de su territorio fue parte del Imperio Romano en la antigüedad; luego, al formar el Reino Croata una unión con Hungría en 1102. Después, amenazados por la expansión del imperio otomano y la lucha de Venecia por ganar territorio en las costas del mar Adriático, al elegir en 1527 a Fernando I de Habsburgo como sucesor del trono croata bajo la condición de proveer protección en contra del Imperio otomano y respetar sus derechos políticos.
En 1918, tras la Primera Guerra Mundial, al formar parte del efímero Reino de los Serbios, Croatas y Eslovenos, el cual se había separado de Austria–Hungría, y que posteriormente se transformó en el Reino de Yugoslavia.
Durante la Segunda Guerra Mundial se fundó un Estado títere de la Alemania Nazi. Luego de la guerra, Croacia fue un miembro fundador y elemento federal de la Segunda Yugoslavia, un Estado socialista que comprendía Eslovenia, Bosnia y Herzegovina, Croacia, Serbia, Macedonia y Montenegro bajo el liderazgo del famoso Mariscal Tito. Al morir éste en 1980, las tensiones étnicas entre las fracciones de Yugoslavia se desataron.
Derivado de esta situación, en junio de 1991 Croacia declaró su independencia, la cual no fue reconocida sino hasta enero de 1992. La guerra croata de Independencia tuvo lugar en los cuatro años sucesivos a la declaración, terminando el 1995 después de la brutal guerra sobre la que estoy segura muchos registramos haber leído terribles noticias –les recomiendo ver la impactante película británica de 1997 “Bienvenidos a Sarajevo."
Afortunadamente, las cosas han cambiado para Croacia ya que hoy en día es una república parlamentaria, miembro de la Unión Europea desde julio de 2013. Tiene una extensión territorial de 56 594 km² —esta cifra incluye las más de mil islas que se ubican frente a la costa del mar Adriático— y cuenta con un clima variado, en su mayor parte continental y mediterráneo. Su población asciende aproximadamente 4.5 millones de habitantes, la mayor parte de ellos croatas de religión católica.
La economía croata está dominada por el sector servicios, seguido por la industria y la agricultura. El turismo es una fuente de ingresos importante durante el verano, ya que el país se encuentra dentro de los veinte destinos turísticos más visitados en el mundo ~que conste que el otoño no está nada mal para visitarla. Desde el 2000, los croatas han invertido fuertemente en infraestructura, especialmente en caminos y medios de transporte y se nota muchísimo.
Datos curiosos: Marco Polo y Nikola Tesla nacieron en lo que hoy es Croacia; Game of Thrones graba escenas en las ciudades de Split y Dubrovnik; su moneda es la “kuna” y hace referencia al animal conocido como marta (el nombre se escogió porque hace referencia al uso de las pieles de marta como unidades de cambio en la época medieval); los croatas son los precursores de la hoy tan usada corbata…
Próximo capítulo: ¡Dobar dan!





Una vez al año ve a algún lugar en el que nunca hayas estado antes. ~Dalai Lama


Croacia y Rumanía 2015, Capítulo 1: La elección de los destinos


Dicen por ahí que siempre hay que comenzar por el principio. Así que, antes de narrar las aventuras vividas, quiero compartirles el por qué decidimos visitar específicamente estos dos países de Europa del Este.

He de confesar que desde que leí la novela de Bram Stoker en la adolescencia, adquirí la literatura vampírica como uno de mis placeres culposos. Admito con toda franqueza que Drácula es el único libro que aún ahora no me atrevo a leer de noche; sin embargo, nunca pude sacar de mi cabeza la descripción del viaje que el pobrecillo Jonathan Harker recorrió para llegar al castillo de su célebre anfitrión. Muchos años después leí una novela llamada “La Historiadora” y vi la película de Francis Ford Coppola que me hicieron recordar mi ensimismamiento con los Cárpatos. Y, por supuesto… ¿quién puede resistirse a la oportunidad de cuadrar paisajes y personajes imaginados con los reales y pasar Halloween en Transilvania? ¡Yo no! Así pues, Rumanía fue el eje de las vacaciones de 2015.
La definición del país con el cual combinar Rumanía se dio al buscar un lugar que estuviera razonablemente cerca pero fuera diametralmente distinto. El ganador fue Croacia con sus atractivas imágenes del mar Adriático, ruinas romanas, y su reciente salto a la fama a través de Game of Thrones.

Ahora, después de pasar 17 días recorriendo ambas naciones puedo decir ¡no podríamos haber elegido mejor! ¿Se les antoja conocer los pormenores?

Siguiente capítulo: Inicia la aventura croata

sábado, octubre 10, 2015

Cuando viajas, recuerda que los países extranjeros no están diseñados para que te sientas cómodo. Están diseñados para que su propia gente se sienta cómoda. ~Clifton Fadiman


China 2012, Capítulo 20: Algo para reflexionar


Aquí el capítulo de cierre de este viaje al Lejano Oriente. Van, pues, mis últimas reflexiones muy personales sobre la experiencia de 2012:

Antes que nada, es muy importante hacer hincapié en que hoy en día no es un destino al que un turista pueda aventurarse por cuenta propia. La gente en general no maneja el inglés (mucho menos el español) y las poquísimas traducciones de señalamientos básicos que encontramos en algunos lugares altamente turísticos como los aeropuertos por ejemplo, son marcadamente pobres. Por supuesto, ni qué decir de tratar de entender los múltiples dialectos -algunos habitantes de distintas regiones no se entienden ni siquiera entre ellos- o, dilucidar el lenguaje corporal… los guías de turistas se transforman en asertivos defensores de los derechos humanos. Insisto, esto aplica a esta década... la que viene será otra historia pues hay millones de chicos chinos aprendiendo inglés ahora.

Decir que tenemos una educación distinta es piropo. Algunas costumbres populares son francamente desagradables: sorber el caldo, escupir en cualquier lugar, ganar espacio a codazos. Bueno, ¡a mi abuelita le hubiera dado el supiritaco!  Y qué decir del gusto de estos chicos por una recargadísima decoración y por las luces de LED, sobre todo en rojo… su uso indiscriminado es para dejar lampareado a cualquiera.

Sobre la cocina local debo asentar que me gusta más la versión mexicanizada. Por supuesto hubo algunos platillos como la raíz de la flor de loto en salsa de naranja o el pato laqueado que merecen mención especial; no obstante, en la mayoría de los casos tendría que decir que: o sabía demasiado a uno de los ingredientes, o era insípido, o ¡estaba vivo! amén de que hacen uso de absolutamente todo lo que pueda considerarse alimento... tenga la apariencia que tenga (yo soy fresa y no comulgo con esa visión). Y lloviendo sobre mojado, añado que para mi desgracia ¡no vi un solo limón en todo el trayecto! Y la vida sin limón, para mí no es vida.

Es un país de historia difícil -recuerdo vivamente la conversación con Jane en Chengdu sobre cómo ella siempre hubiera querido tener una hermana con quien convivir como yo con la mía y siento una gran tristeza; su acervo cultural es importantísimo y han hecho grandes contribuciones a la humanidad. En fin, sufren notables contrastes; su población parece estar siempre en el dilema entre mantener su hermetismo y conservar con orgullo sus tradiciones, o aceptar completamente la modernidad y “occidentalizarse”. Ambas rutas tienen consecuencias graves.

La conclusión más silvestre de este viaje es que, en verdad, ¡son muchos chinos y muy diversos! Honestamente, como habitante de Chilangolandia (el DF) nunca pensé llegar a engentarme pero la masa china me sacó de mi error. Como decía Mafalda, el día que se organicen y salten juntos a la vez, sacarán a la Tierra de su eje.  

No obstante, mi más grande aprendizaje es –tal como me lo compartió uno de los profesores mexicanos con los que nos encontramos en Guilin- que la mentalidad china está realmente basada el famoso yin-yang. Es decir, creen en la dualidad de todo lo existente en el universo: las dos fuerzas fundamentales opuestas y complementarias, que se encuentran en todas las cosas. El yin es el principio femenino, la tierra, la oscuridad y la pasividad. El yang es el principio masculino, el cielo, la luz y la actividad. Por eso, en cuanto les dejas espacio en una negociación, enseguida reaccionan y lo aprovechan. A los occidentales nos podrá parecer abuso o desconsideración de su parte, pero en su percepción, ellos simplemente buscan volver a un estado de equilibrio de fuerzas. Si uno considera esto, en principio, les dará la razón. El punto es saberlo y actuar con base en ello durante nuestros encuentros a fin de “estar en el mismo canal”.

En fin... aunque yo no sea necesariamente proclive a su cultura, usos y costumbres, he de decir que China es definitivamente un país al que hay que visitar por lo menos una vez en la vida. El volver en una segunda ocasión ya será una decisión informada.

¡Hasta la próxima!

 

En el cielo no hay distinciones entre este y oeste, son las personas quienes crean esas distinciones en su mente y luego piensan que son verdad. ~Frase budista


China 2012, Capítulo 19: Hong Kong, ni de aquí ni de allá


Una manera simplista de describir a Hong Kong es decir que es el lugar donde el Este se encuentra con el Oeste. Su territorio está repartido entre una parte continental y más de doscientas islas e islotes. Por su ubicación es, por supuesto, un puerto estratégico; a consecuencia, durante su historia ha tenido altibajos económicos. Hasta 1997 fue colonia del Reino Unido; a partir del 1° de julio de ese año se convirtió en una Región Administrativa Especial de la República Popular China. Eso quiere decir que, en conjunto con Macao que es la segunda región de ese tipo, mantiene un sistema económico capitalista bajo la soberanía de un país de ideología oficial comunista. Además del sistema económico (que contempla una moneda distinta del yuan), también conserva un sistema administrativo y judicial independiente, e incluso su propio sistema de aduanas y fronteras externas. ¿Muy confuso? Se pone peor…

La economía se basa fundamentalmente en el sector de servicios, que representa más del 80 % de la actividad económica en Hong Kong. Está considerado uno de los lugares con mayor libertad económica del mundo: existe una gran facilidad para establecer empresas en el territorio y para mover dinero de Hong Kong al exterior. Estas condiciones, unidas a la existencia de un sistema legal de origen británico muy escrupuloso en el respeto de la propiedad privada, contrastan con las dificultades burocráticas y la inseguridad jurídica a la que se enfrentan las empresas internacionales en la China continental, y es la razón principal por la que Hong Kong sigue siendo el principal centro financiero de China. Gracias a lo anterior, existe un gran hacinamiento: su población alcanza los 6,200 habitantes por km²… ¡no me vuelvo a quejar de que hay demasiada gente en el Distrito Federal!

Al llegar notamos de inmediato que la presencia británica en Hong Kong marcó la cultura local... inclusive, manejan del lado derecho como los ingleses. Sus habitantes no “se sienten realmente chinos” aunque, paradójicamente, en Hong Kong se han mantenido muchas costumbres y tradiciones culturales chinas, entre ellas, comunicarse en cantonés y usar exclusivamente los caracteres tradicionales al escribirlo.

Una consecuencia bastante curiosa de la separación de Hong Kong del resto de China durante los años posteriores al establecimiento del régimen comunista en la China continental es el desarrollo de la cultura popular, manifiesta en la enorme producción cinematográfica, musical y de novelas de entretenimiento: ¿quién no conoce a Bruce Lee, Jackie Chan,  Chow Yun-Fat o a Jet Li?

Otro factor relevante es que la isla de Hong Kong se ha convertido en una de las capitales mundiales de la arquitectura moderna. Es la ciudad del mundo con mayor número de rascacielos. El hotel donde nos hospedamos, de altura estándar en la península de Kowloon frente a la isla de Hong Kong tenía aproximadamente 80 pisos y una piscina en el piso superior construida de tal forma que podrías, nadando, llegar a la orilla y admirar la vista sin obstáculos.

El guía local, un tipo ya mayorcito y bastante sangrón, nos llevó a conocer “The Peak” que es el punto más alto de la Isla de Hong Kong y la zona más exclusiva desde la época colonial. La vista es muy espectacular, aunque la cantidad de gente también lo sea. Hubo que luchar a brazo partido para sacarle una foto a mi hermana con el horizonte a sus espaldas; como no quería que nadie saliera con ella, ¡hice multitud de intentos desesperados para lograrlo!

Después de pasar un buen rato admirando las vistas, bajamos la pendiente en auto para llegar a la bahía de Aberdeen. Este es un lugar por demás peculiar pues, rodeada de modernidad, alberga a una comunidad de pescadores que vive en tradicionales juncos de madera con todas sus cosas, inclusive un montón de perros con complejo de marineros. Nos embarcamos en una barcaza para recorrer el sitio, llevadas por una capitana bastante malhumorada. El guía nos comentó que la costumbre es pagar la mitad del pasaje al abordar y el remanente a la mitad para asegurar que te traigan de vuelta al muelle. Justo por la mitad del paseo está el “refugio tifón” una zona famosa por sus restaurantes de mariscos y el lugar donde se encuentra el Jumbo Kingdom: uno de los restaurantes flotantes más grandes del mundo diseñado en forma de palacio chino y que tiene capacidad para atender hasta 2,300 comensales… ¡eso sí que es toda una verbena popular!

Acto seguido, nos dirigimos a Repulse, lugar harto popular por sus condos de lujo y su centro turístico de playa. Para terminar la visita, el guía nos llevó a un taller/tienda de joyas donde compré un colguije del año del caballo (mi signo) que ahora está colgado en el espejo retrovisor de mi auto.

A la noche, resolvimos andar por nuestra cuenta para ir a cenar y luego llegar hasta el famoso Paseo Tsim Sha Tsui o “Avenida de las Estrellas” (una calzada que conmemora un siglo de historia del cine de Hong Kong) para presenciar en punto de las 20:00 horas “Una Sinfonía de Luces”. Este espectáculo multimedia nocturno en el que participan más de 40 edificios a ambos lados del puerto son trece minutos inolvidables de música, rayos láser, proyectores y luces de colores y una narración que celebra la diversidad de Hong Kong. No en vano ha sido designado "Espectáculo permanente de luz y sonido más grande del mundo" por el Guinness World Records.

Al siguiente día, decidimos no permanecer en la ciudad sino aventurarnos a la isla de Lantau. Este lugar hospeda una multitud de atracciones, entre ellas, el aeropuerto y Disneyland Hong Kong.  Pero, claro, ese no fue el destino de nuestra visita. Nosotros tomamos un largo trayecto en el muy práctico y amigable metro de Hong Kong, rodeadas en todo momento de gente de todas las edades con la mirada clavada en su celular escribiendo a toda prisa en caracteres chinos, hasta llegar a la estación del teleférico de Ngong Ping. Ahí compramos boletos para la cabina con piso de cristal e hicimos el recorrido de 25 minutos hasta llegar a la Plaza del mismo nombre donde se encuentran el Monasterio Po Lin y el Buda Tian Tan (o Buda Gigante).

Recorrimos el sendero de Bodhi que es una pasarela central que va desde el nuevo arco pai lau o arco ornamental, hasta el templo Di Tan (un atrio abierto). A ambos lados se encuentran alineadas las estatuas de los Doce Generales Divinos, junto con 40 linternas en forma de loto. Los Doce Generales Divinos se consideran como protectores en el budismo y cada uno es responsable de custodiar, cada día, una franja horaria de dos horas. Además, representan los doce signos del zodiaco chino, como denotan los diferentes signos del zodiaco presentes en sus coronas.
Nos quedamos todo el día en el área pues no solo subimos al pie de la hermosa estatua de bronce del Buda que, dicho sea de paso, mide 34 metros de altura y mira con semblante pacífico hacia China continental, sino que también pasamos por un curioso parque de atracciones sobre budismo denominado “El Sendero de la Sabiduría” donde aprendimos –como hacen los niños- sobre la vida de Siddhartha (luego Buda), los principios del budismo. Además visitamos nuestro primer templo budista dentro del complejo del Monasterio Po Lin: uno de los santuarios budistas más importantes de Hong Kong,  conocido como "el Mundo Budista en el Sur". Ahí viven numerosos monjes devotos; en el monasterio se celebran innumerables y coloridas manifestaciones de iconografía budista y tiene un muy agradable jardín repleto de cantos de aves y flores, amén de un popular restaurante vegetariano.
Fueron dos días por demás educativos y diferentes… una excelente manera de terminar este viaje al lejano oriente pues actuó como una cámara de descompresión para dejar atrás el oriente y volver a casa al mundo occidental.

Les comparto las galerías:





 

domingo, octubre 04, 2015

Si aspiráis a las alturas, usad vuestras propias piernas. ~Friedrich Nietzche


China 2012, Capítulo 18: De China continental a Hong Kong


Después de desayunar nos llevaron al aeropuerto para tomar el vuelo interno a Guangzhou, la principal ciudad industrial así como uno de los puertos comerciales más importantes del sur de China.

Honestamente, pensamos que esta ciudad sería una simple escala técnica para tomar el ferry que nos llevaría al muelle “China Hong Kong City” de Hong Kong: nuestro último destino en este país. Sin embargo, resultó una escala de lo más divertida e interesante.

Al llegar al aeropuerto nos recibió una chica bastante joven que se presentó como Victoria y nos dijo que nos acompañaría las horas de estancia en Guangzhou y ella nos llevaría personalmente al muelle, a tiempo para embarcar en el transbordador. Después de algunas frases, descubrimos que su inglés de acento británico era maravilloso y su español, no tanto. Tratamos de convencerla de que podíamos conversar perfectamente en cualquiera de los dos pero nos confesó que, en teoría, tenía que comunicarse en español pues su agencia la había contratado para guiarnos en ese idioma y, como hay menos guías en China que lo manejen pues por supuesto el pago era más alto. A lo largo del día mezclamos ambos y nos entendimos de lo mejor con ella así que no nos quejamos.

Primero nos llevaron a tomar un almuerzo que, como ya era costumbre, parecía ser servido para un batallón de chinos y no sólo para dos personas. Por supuesto, una vez que supe que Guangzhou es el nombre chino de Cantón, entendí que ahí es donde nació la famosa cocina cantonesa: la más reconocida mundialmente de las cocinas regionales de China. Probamos todos los platillos, entre ellos un caldo de elote y un guisado de camarones en hojas de laurel (este condimento es muy popular en el sur de China) y el típico arroz. Una vez satisfechas y dejando probablemente más de la mitad de la porción en la mesa, el chofer nos llevó al centro de la ciudad.

Resulta ser que Guangzhou (Cantón), situada sobre el río de las Perlas, es la ciudad más importante del sur de China. Su posición estratégica, muy cerca de Hong Kong, ha permitido que la ciudad se desarrolle con extrema rapidez ya que fue el principal punto de salida de los emigrantes chinos durante los siglos XIX y principios del XX. Como muestra de su importancia económica y financiera, les comparto que la Feria China de Importación y Exportación, también llamada «Feria de Cantón», se inauguró en 1957 y aún se celebra cada año en abril y octubre por el Ministerio de Comercio. Por otra parte, fue la sede de los Juegos Asiáticos de 2010, acontecimiento regional previo a los Juegos Olímpicos.

Con pena debo decir que hubo poco tiempo para ver Cantón pero lo que vimos fue toda una sorpresa. Visitamos el amplio centro de la ciudad donde se encuentran sus edificaciones modernas más impresionantes. La primera, el Centro Financiero Internacional de Cantón (2008) que tiene 103 pisos y se utiliza como un centro de conferencias, hotel y edificio de oficinas; la segunda, la Torre de televisión de Cantón terminada en 2010 justo para los Juegos Asiáticos y que, con 600 metros de altura, es la segunda torre de telecomunicaciones más alta del mundo. Tratar de abarcar semejante altura con la cámara estuvo literalmente en chino pero lo logramos…

Caminamos un muy buen rato por los alrededores admirando la modernidad de esta ciudad y escuchando a Victoria contarnos sobre el desarrollo vertiginoso de la misma. Y concluimos que deben ser pocos los turistas que se detienen un rato en Cantón antes de partir a Hong Kong pues unas chicas nos detuvieron utilizando los servicios de Victoria como intérprete para pedirnos si podrían fotografiarse con nosotros… ¡es extraño sentirse una celebridad occidental en este cerrado mundo oriental!

Llegado el momento, volvimos al auto para emprender el camino hacia el muelle. Nos despedimos de Victoria quien nos ayudó a registrarnos y nos indicó cómo hacer para que nos sellaran los pasaportes y encontrar nuestros asientos en el enorme, conglomerado ferry hacia Hong Kong. Por supuesto, pusimos atención a las indicaciones de la tripulación, nos sentamos cómodamente y nos dispusimos a disfrutar del corto trayecto, confiando en que fuera corto y tranquilo.

Les comparto la galería:


Siguiente capítulo: Hong Kong…una ciudad “ni de aquí ni de allá”

sábado, septiembre 26, 2015

Nadie se baña dos veces en el mismo río, pues siempre es otro río yotra persona. ~Proverbio chino


China 2012, Capítulo 17: "Sí, ajá…" desde Guilin


Al llegar a Guilin nos recibió una chica muy atenta que se presentó como nuestra guía local. Manejaba el español mejor que el resto de los guías. Verdad es que hablar chino, inglés y también español es admirable; sin embargo, tenía una muletilla: decía “sí, ajá” cada dos palabras… tan frecuente era que, después de dos días que pasamos con ella, juré que la frase sería parte de mi propio vocabulario de ahí en adelante.

Nos llevó al hotel, que resultó ser local y bastante singular en su decoración. Fue educativo comprobar que no sólo no entendemos el chino hablado sino que tampoco comprendemos el lenguaje corporal de los habitantes de este país. Al llegar al hotel, la guía tuvo una acalorada discusión con la persona de la recepción del mismo. Como nos había indicado que no necesitaríamos proveerle de nuestra tarjeta de crédito para registrarnos ya que su agencia era muy importante en la ciudad, asumimos que sí se la habían solicitado y por eso el intercambio no era amable. Resultó que no: había sido una afectuosa conversación sobre si habían podido llevar un poco de pastel a nuestra habitación para celebrar el cumpleaños de mi hermana! ¿Cómo pudimos interpretar la situación tan poco atinadamente? ¡Fuif! 

Al atardecer nos dirigimos en una oscuridad medio iluminada por luces de colores hacia el embarcadero a tomar un breve circuito denominado “Crucero de Dos Ríos y Cuatro Lagos” que resultó altamente entretenido. Mientras un músico tocaba un instrumento antiguo, pudimos cómodamente observar la naturaleza mezclada con construcciones de fabricación humana como puentes y pagodas, todo en un espectáculo de luz y sonido.

Casi a punto de dar la vuelta, pudimos observar la antiquísima actividad de la pesca con cormoranes. Igual que lo han hecho los últimos 1,300 años, los pescadores acuden vestidos con traje tradicional remando balsas de bambú iluminadas por lámparas sencillas. En las balsas llevan varios pájaros cormoranes a los que animan con un palo para que se sumerjan en el agua y atrapen a los peces. Antes los pescadores colocan un cordón alrededor de la garganta de las aves para que no puedan tragar los peces grandes. Una vez que vuelven a la balsa, les sacan la captura. Puede parecer cruel no dejarles alimentarse pero en este trabajo conjunto, se ve que los pájaros están bien cuidados y entrenados; una vez que acumulan peces para sus dueños, se les deja alimentarse a sus anchas.

A la mañana siguiente nos pasaron a buscar temprano para tomar el crucero de cuatro horas por el Río Li hacia Yuansho. Durante el recorrido, que incluyó almuerzo, pudimos disfrutar de paisajes hermosos con sus peñascos rocosos llenos de vegetación, dignos de ser retratados en el billete de 20 yuanes. Tuvimos un encuentro fortuito con dos profesores mexicanos de la Universidad de Puebla que estaban de paseo de fin de semana aprovechando su estancia de un año gracias a un intercambio con la Universidad de Cantón. Fue realmente interesante que nos compartieran sus historias de supervivencia en este país, tan culturalmente distinto del nuestro.

Al final del crucero llegamos a Yuansho: un poblado turístico que nos ofreció un mercado local con venta de comestibles en el que pude constatar que mi mamá tenía razón de llamar a una fruta frecuentemente consumida en casa “granada china” y de artesanías… inclusive tuve a una china persiguiéndome por una distancia de varias cuadras para convencerme de que le comprara una pequeña bolsita. ¡Cabe mencionar que lo logró! Otro descubrimiento relevante fue una tienda de remedios autóctonos donde pudimos fotografíar un elíxir de serpiente, con la susodicha víbora incluida. Hubiera comprado un frasco de no ser porque no había uno suficientemente pequeño para llevar...

Concluida la visita a Yuansho nos dirigimos en auto a un parque denominado Shangri-lá. En realidad creo que localmente tiene otro nombre pero así es como lo mercadean entre los turistas aprovechando, supongo, la creencia de que todos buscamos nuestro lugar ideal. Este sitio es toda una experiencia pues ofrece, entre paisajes mágicos, la posibilidad de conocer un poquito de las minorías chinas Miao, Yao, Dong, y Zhuang que habitan en China. También están una serie de talleres artesanales con artículos que no había visto en otros lugares del país y, por último, un gran almacén de dulces y especialidades locales. La visita bien valió la pena por los mágicos paisajes.

Para rematar la visita a Guilin, nos llevaron a su famosa Cueva de la Flauta de Junco –una especie de Gruta de Cacahuamilpa- y a una fábrica de joyería hecha con perlas locales a la que la verdad no se me antojaba ir pero tuve que acceder… fue la primera vez que me tocó ver una pasarela con modelos mostrando joyas.

Así fue nuestro paso por Guilin: uno de los lugares más visitados de China después del famoso triángulo de oro formado por Shanghai-Beijing-Xian.

Acá les comparto las galerías de cada lugar visitado:






Siguiente capítulo: De China continental a Hong Kong

domingo, septiembre 20, 2015

Cuando comas el arroz, bendice a quien se agachó a recogerlo. ~Proverbio chino


China 2012, Capítulo 16: Comer estuvo en chino


Por la tarde, hicimos plan con Jane para hacer un tour extra por la ciudad antes de ir al aeropuerto por la tarde para dirigirnos a nuestro siguiente destino. A instancia de Jane, tomamos un taxi desde el hotel para visitar el Parque del Pueblo en el mero centro Chengdu: una experiencia verdaderamente china. El parque fue inaugurado en 1911; desde entonces ha sido testigo de movimientos y guerras, convirtiéndose en un sitio histórico y sufriendo diversas ampliaciones, renovaciones. Hoy en día contiene un lago artificial, varios jardines, el Monumento al Movimiento Proteccionista de las Vías Ferroviarias y la casa de té Heming.

Los habitantes de Chengdu son bastante relajados. Acuden al parque a realizar muy diversas actividades: practican el tai chi, toman litros y litros de té, tocan instrumentos locales, cantan karaoke, bailan solos o en conjunto, pintan, esculpen y participan en largas partidas de cartas o de mahjong: un juego de mesa que dicen inventó el mismísimo Confucio. Digamos que es un parque por demás verátil y donde la diversidad se puede palpar en el aire.

Como para estos chinos una “casa de té” puede referirse a una tradicional en un lugar cerrado, hasta dos sillas dispares y una mesa plegable en cualquier espacio disponible, nos animamos a vivir la experiencia de tomar té en uno de los corredores del parque. El señor que nos atendió no hablaba ni pizca de inglés así que nos trajo la carta para turistas y después de tratar de explicarnos, simplemente tomó la decisión ejecutiva de traernos lo que le vino en gana. Resultó ser una enorme tetera para cada quien con infusión de jazmín (uno de los tés más tradicionales de china). Lo gracioso fue cuando volvió con una requisición que nunca entendimos hasta que por fin nos dimos cuenta de que quería que le pagáramos pues, imagino, están a las vivas para que la gente no simplemente se levante y los deje con la cuenta. Eso fue un ensayo para lo que nos sucedería el resto del tiempo en la ciudad en el que tratamos de ser auto-suficientes al pedir algo para comer…

Salimos del parque y nos fuimos caminando hacia el hotel. Recorrimos buena parte de la avenida principal y llegamos a una gran plaza muy modernista y bastante atractiva. Más tarde nos encontramos con Jane quien nos llevó al teatro a ver una Ópera de Sichuan que incluyó el arte de Bian Lian o cambio de máscaras. Esta suerte es todo un espectáculo donde los artistas utilizan trajes coloridos con máscaras que van cambiando en movimientos tan rápidos que son imperceptibles y realmente dramáticos… ¡sorprendente y muy entretenido!

Al día siguiente, después de hacer maletas y el checkout, nos lanzamos a comer en un restaurante de cocina tipo “hot pot” (como un fondue bourgignon a la china). Al llegar simplemente les dimos la hoja de instrucciones que Jane nos había preparado. Fue muy divertido ver cómo los meseros leían con interés y nos iban trayendo la comida que, afortunadamente no incluía lenguas de pato, cabezas de conejo y demás que sí estaban listadas en el menú. Por cierto hasta las porciones gringas se veían cortas… pareciera que un ejército y no solo dos personas éramos comensales. Déjenme decirles que comer tallarines con palillos no es una habilidad que yo tenga…

Después de la extraña comida, volvimos al hotel a recoger nuestro equipaje y encontrarnos con Jane y el querido chofer para hacer nuestro último tour. Hicimos una visita maravillosa a la maravillosa calle peatonal Jinli. A pesar de ser muy turística, bien vale la pena darse un paseo para ver los canales, la vegetación, los molinos de agua, las tradicionales casas de té, escuchar los instrumentos antiguos, las artesanías y observar (no probar) las comidas rápidas típicas –Jane confesó ser fan de las cabezas de conejo en salsa… yo sólo sonreí. Lo que nunca había visto es gente pagar porque le limpien los oídos… no sé qué decir al respecto.

Luego de Jinli, nos llevaron al Museo y Exhibición de los Telares de Seda. Fue increíble ver un telar antiquísimos siendo utilizado por un equipo de un chico que definía los patrones y una chica que armaba los colores. Impresionante la muestra de la destreza en el uso de estas técnicas y los resultados ¡invaluables!

Aquí les comparto fotos del día



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domingo, febrero 08, 2015

La reflexión es el camino hacia la inmortalidad (nirvana); la falta de reflexión, el camino hacia la muerte. ~Buda Gautama


China 2012, Capítulo 15: Leshan y su buda gigante


El programa de nuestro segundo día en Chengdú fue visitar al gran Buda de Leshan: la estatua esculpida en piedra de Buda más alta del mundo. Por tanto, nos dirigimos con Jane y el Sr. Wang a dicha ciudad de Leshan, cuyo nombre se traduce literalmente como “montaña feliz”, a una distancia aproximada de 260 kilómetros.

En el camino nos detuvimos a cargar gasolina y a disfrutar de un jardín en medio de una zona de cultivos de té. Una leyenda en una pared decía “El siglo 21 es la era del resurgimiento de China y también el momento de la globalización del té chino”… he de darle la razón.

Después de la escala, retomamos la carretera y durante el recorrido Jane nos mostró una aldea donde los edificios tenían grandes dibujos de las distintas posiciones del tai chi. Nos contó que los pobladores son famosos por practicar esa rutina todos los días y por beber grandes cantidades de té del lugar… y que curiosamente, en promedio, son bastante más longevos de lo esperado y se conservan en excelentes condiciones físicas y mentales.

Al fin llegamos a Leshan y nos encontramos con dos opciones: la de recorrer a pie el sitio donde se encuentra la gran estatua, o tomar un barco para verla desde el rio, de frente. Por recomendación de Jane, elegimos la segunda y nos fuimos directamente a tomar el transporte.

La gran estatua está tallada en un acantilado que se encuentra en las confluencias de los ríos Min Jiang, Dadu y Qingyi. La escultura está frente al monte Emei mientras el agua de los ríos corre por los pies de Buda. Los hombros miden 28 metros de ancho y el más pequeño de los dedos del pie es suficientemente ancho como para que se pueda sentar en él una persona. Un dicho local dice: La montaña es Buda y Buda es la montaña. El origen de esta frase está en el hecho de que la montaña en la que se encuentra el gran Buda (vista desde el río) tiene una silueta que recuerda a un Buda tumbado.

Se concibió un sistema de drenaje interior para impedir la erosión fluvial. El Buda tenía a su cargo hacer más lentas las mareas, proteger los barcos e impedir la inundación de la aldea vecina. La construcción se inició en el año 713 y estuvo dirigida por un monje llamado Haitong. Este monje esperaba que Buda calmara las aguas turbulentas que destrozaban a los barcos que navegaban por el río. La estatua fue completada por sus discípulos 90 años más tarde. Parece ser que los restos de roca resultantes de la construcción se fueron depositando en el río lo que alteró la corriente, convirtiéndola en más segura para la navegación.

La vista del Buda es increíble… a pesar de saber de antemano su tamaño, honestamente es portentoso. La impresión se maximiza porque el barquito recorre la orilla del río y el Buda permanece oculto justo hasta que das la vuelta y “te lo topas”. Puedes comparar perfectamente su tamaño versus los turistas que recorren el sitio a pie y es verdaderamente impresionante.

Después de sacarle multitud de fotos, volvimos al muelle para ir a almorzar en la ciudad. Jane nos llevó a un restaurante tradicional donde probamos –¡lo juro!- una versión de huevos a la mexicana que estaba bastante buena. Además, descubrimos un té distinto hecho con granos de trigo y que Jane cariñosamente nos presentó como “el té que sabe a galletas” y que es, por supuesto, el favorito de los niños de la región.

 No vimos mucho de Leshan pues iniciamos el camino de regreso a Chengdú; sin embargo, si nos asombró la cantidad de enormes tiendas de marcas de lujo tipo Cartier o Louis Vuitton que ni siquiera en la Ciudad de México existen… y eso que la población de Leshan no pasa de los 3 millones de habitantes.

El camino de regreso fue muy tranquilo y, como no teníamos nada más programado, Jane nos recomendó visitar el “Parque del Pueblo” en Chengdú por la tarde, y nos propuso asistir a un espectáculo folklórico tradicional por la noche, amén de recomendarnos un restaurante local para comer al día siguiente y ponerse de acuerdo con nosotros para hacer un tour extra en la ciudad por la tarde, antes de llevarnos al aeropuerto para tomar nuestro vuelo a Guilin. Por supuesto tomamos nota de todo y nos dispusimos a vivir una aventura más en esta ciudad que para entonces se había vuelto nuestra favorita en el país.


Siguiente capítulo: Comer estuvo en chino