China 2012, Capítulo 18: De China continental a Hong Kong
Después de desayunar nos llevaron al
aeropuerto para tomar el vuelo interno a Guangzhou, la principal ciudad industrial así como uno de los puertos
comerciales más importantes del sur de China.
Honestamente, pensamos que esta ciudad
sería una simple escala técnica para tomar el ferry que nos llevaría al muelle
“China Hong Kong City” de Hong Kong: nuestro último destino en este país. Sin
embargo, resultó una escala de lo más divertida e interesante.
Al llegar al aeropuerto nos recibió una
chica bastante joven que se presentó como Victoria y nos dijo que nos
acompañaría las horas de estancia en Guangzhou y ella nos llevaría
personalmente al muelle, a tiempo para embarcar en el transbordador. Después de
algunas frases, descubrimos que su inglés de acento británico era maravilloso y su español, no
tanto. Tratamos de convencerla de que podíamos conversar perfectamente en
cualquiera de los dos pero nos confesó que, en teoría, tenía que comunicarse en
español pues su agencia la había contratado para guiarnos en ese idioma y, como
hay menos guías en China que lo manejen pues por supuesto el pago era más alto.
A lo largo del día mezclamos ambos y nos entendimos de lo mejor con ella así
que no nos quejamos.
Primero nos llevaron a tomar un
almuerzo que, como ya era costumbre, parecía ser servido para un batallón de
chinos y no sólo para dos personas. Por supuesto, una vez que supe que Guangzhou
es el nombre chino de Cantón, entendí que ahí es donde nació la famosa cocina
cantonesa: la más reconocida mundialmente de las cocinas regionales de China. Probamos
todos los platillos, entre ellos un caldo de elote y un guisado de camarones en
hojas de laurel (este condimento es muy popular en el sur de China) y el típico
arroz. Una vez satisfechas y dejando probablemente más de la mitad de la
porción en la mesa, el chofer nos llevó al centro de la ciudad.
Resulta ser que Guangzhou (Cantón), situada
sobre el río de las Perlas, es la ciudad más importante del sur de China. Su
posición estratégica, muy cerca de Hong Kong, ha permitido que la ciudad se
desarrolle con extrema rapidez ya que fue el principal punto de salida de los
emigrantes chinos durante los siglos XIX y principios del XX. Como muestra de
su importancia económica y financiera, les comparto que la Feria China de
Importación y Exportación, también llamada «Feria de Cantón», se inauguró en
1957 y aún se celebra cada año en abril y octubre por el Ministerio de Comercio.
Por otra parte, fue la sede de los Juegos Asiáticos de 2010, acontecimiento regional
previo a los Juegos Olímpicos.
Con pena debo decir que hubo poco
tiempo para ver Cantón pero lo que vimos fue toda una sorpresa. Visitamos el
amplio centro de la ciudad donde se encuentran sus edificaciones modernas más impresionantes.
La primera, el Centro Financiero Internacional de Cantón (2008) que tiene 103
pisos y se utiliza como un centro de conferencias, hotel y edificio de oficinas;
la segunda, la Torre de televisión de Cantón terminada en 2010 justo para los
Juegos Asiáticos y que, con 600 metros de altura, es la segunda torre de
telecomunicaciones más alta del mundo. Tratar de abarcar semejante altura con
la cámara estuvo literalmente en chino pero lo logramos…
Caminamos un muy buen rato por los
alrededores admirando la modernidad de esta ciudad y escuchando a Victoria
contarnos sobre el desarrollo vertiginoso de la misma. Y concluimos que deben
ser pocos los turistas que se detienen un rato en Cantón antes de partir a Hong
Kong pues unas chicas nos detuvieron utilizando los servicios de Victoria como
intérprete para pedirnos si podrían fotografiarse con nosotros… ¡es extraño
sentirse una celebridad occidental en este cerrado mundo oriental!
Llegado el momento, volvimos al auto
para emprender el camino hacia el muelle. Nos despedimos de Victoria quien nos
ayudó a registrarnos y nos indicó cómo hacer para que nos sellaran los pasaportes
y encontrar nuestros asientos en el enorme, conglomerado ferry hacia Hong Kong. Por
supuesto, pusimos atención a las indicaciones de la tripulación, nos sentamos
cómodamente y nos dispusimos a disfrutar del corto trayecto, confiando en que
fuera corto y tranquilo.
Les comparto la galería:
Siguiente capítulo: Hong Kong…una
ciudad “ni de aquí ni de allá”
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