viernes, noviembre 06, 2015

La comprensión mutua sería enormemente facilitada por el uso de una lengua universal. ~Nikola Tesla


Croacia y Rumanía 2015, Capítulo 3: ¡Dobar dan!

Cuando por fin llegamos a Zagreb, nos recibió Alex: el chico croata que sería nuestro conductor durante todo el viaje. Muy buena onda nos explicó en inglés que en cada lugar él mismo o un guía local que nos proporcionarían la información necesaria para explorar.

Al día siguiente visitaríamos la ciudad cercana de Varaždin y tendríamos un tour guiado de Zagreb antes de tomar la carretera hacia el Parque Nacional de los Lagos de Plitvice. Muy cansadas llegamos al hotel dispuestas sólo a dormir y estar listas para el ajetreado itinerario.

Con todo y maletas nos encontramos al día siguiente a las 7:00 am con Alex y con Ivana, la guía local. La primera palabra aprendida en croata fue "Dobar dan" que se usa para saludar a cualquier hora (tipo ¡Buen día"). Emprendimos el camino a Varaždin armadas con paraguas pues el día pintaba gris y lluvioso...

Ivana nos contó que Varaždin, ciudad que fue capital de Croacia en el siglo XVIII hasta el año 1776 cuando un incendio arrasó con todo. A partir de esa fecha, fue abandonada por sus ciudadanos y el gobierno se estableció en Zagreb, que es la capital desde entonces.

Hoy se conoce a Varaždin como “la pequeña Viena” ya que en su casco histórico hay numerosas iglesias, palacios y conventos en estilo barroco. Su monumento más importante es un castillo fortaleza que ahora aparenta ser renacentista aunque fue construido en el siglo XII.

Paseando por las calles, Ivana nos mostró fue una de las tres estatuas de Gregorio de Nin realizadas producidas por Iván Mestrovic: croata considerado posiblemente como uno de los más grandes escultores religiosos desde el Renacimiento y la primera persona en hacer una exposición individual en el Metropolitan Museum of Art en New York City. La segunda la veríamos en Split días más tarde.

Para nuestro acervo cultural, nos contó que este Gregorio fue un croata medieval Obispo de la ciudad de Nin quien se opuso firmemente a la Papa y los círculos oficiales de la iglesia e introdujo el lengua nacional en los servicios religiosos ya que hasta ese momento se llevaban a cabo en latín, haciéndolos incomprensibles para la mayoría de la población. No sólo fue importante para la cultura y lengua croata pero también hacía cristianismo más fuerte dentro de la Reino croata. De ahí la admiración de Mestrovic. Siguiendo la costumbre local, frotamos el dedo gordo del pie de Gregorio ya que da buena suerte...

Antes de dejar Varaždin, Ivana también nos mostró algo simpático: Angelópolis, la expresión de un artista que en un pequeño rincón de una plaza colocó pequeñas esculturas angelicales iluminadas con luces de colores. ¡Bastante curioso!
Próximo capítulo: Bok Zagreb

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