domingo, abril 20, 2014

Tengo que ser vista para que crean en mí. ~Reina Isabel II

2013, Capítulo 3: The Royal Albert Hall, segunda parte

Elgar Room
Fotografía de George Harrison y John Lennon
en el Elgar Room
Nuestro guía nos condujo al Elgar Room, uno de los salones adicionales que ahora rentan para distintos eventos. Una vez dentro nos hizo una pregunta ¿qué tienen en común todos los artistas que aparecen en las fotografías que adornan las paredes de esta sala?
Inmediatamente, todos dedicamos unos minutos a “hacer inventario” para poder responder. Al ver una foto de The Beatles donde sólo aparecen John Lennon y George Harrison, lo que concluí para mis adentros fue “todos se presentaron aquí y ahora están muertos”… y ¡claro! en ese momento, el guía dijo justo esto. Yo sólo pensé “clásico humor británico”.
Después del Elgar Room, caminamos por “The Circle” hasta llegar a uno de los accesos de “The Gallery”, es decir de la sección más alta del auditorio, a fin de poder observarlo a nuestras anchas. Aunque llegaron a llenarlo 9,000 espectadores, actualmente el cupo máximo anunciado es de 5,272 lugares.

Por supuesto, lo primero que busqué fue el famoso “palco real” y ahí estaba, en la mejor ubicación de la sala con una gran corona portando la insigne “ERII” (Elizabeth Regina II). ¿Será que la Reina Isabel me invite cuando supere los 63 años de reinado de su antecesora Victoria? No le falta mucho pues en 2012 celebró el jubileo de 60 años… ¡le voy a escribir de una vez! 


Palco de la Reina, debajo de la corona
Mientras estábamos de polizones tuvimos el privilegio de observar el enorme órgano, el segundo más grande del Reino Unido, y escuchar parte del ensayo de un coro masculino de Cromwell con sus 300 voces entonando temas que me hicieron recordar con un par de lagrimitas mis tiempos en la Academia Maddox… ¡tristemente nosotras no cantábamos tan bien como ellos!

Escenario y gran órgano
Uno de los detalles curiosos es que la acústica del Royal Albert Hall producía un fuerte eco cuando lo inauguraron y por muchísimos años intentaron ajustarla con un sinfín de técnicas y trucos que nunca resolvieron de tajo el problema; inclusive se decía que este auditorio era el único sitio donde "cualquier compositor inglés podía estar seguro de escuchar su obra por lo menos dos veces". Fue hasta 1969 cuando al fin dieron al clavo al instalar una serie de discos acústicos difusores de fibra de vidrio a lo que se les llama cariñosamente “los champiñones”.

Difusores acústicos (champiñones)
Prometiéndome que alguna vez acudiré a un evento en el Royal Albert Hall, seguí al guía hasta un pequeño salón. Para mí sorpresa, resultó ser el “Royal Retiring Room”, es decir, la sala de descanso a la que Isabel II y sus invitados acceden a través de una escalinata privada. Con la venia del guía, pudimos sentirnos de la familia real por unos breves minutos pues nos instó a sentarnos en las elegantes sillas acomodadas alrededor de la sala y observar los retratos de los reyes y reinas, colgados en orden cronológico en sus cuatro paredes. No puedo decir que me sintiera incómoda...
Al salir dejamos la puerta bien cerrada con llave y nos encaminamos al Restaurante Coda para degustar el famoso “Afternoon Tea”. Cabe mencionar que este menú tradicional se sirvió por primera vez en el Royal Albert Hall el 11 de junio de 1912, patrocinado por The Theatrical Ladies’ Guild… pero nos consta que los ingredientes que usan hoy en día son frescos.
Cuando llegamos nos dimos cuenta de que los servicios estaban ya dispuestos en mesas según el número de comensales reservados. Por supuesto, nosotros cuatro estábamos separados pues reservamos dos lugares desde México y dos desde París… pequeño detalle. Así lo explicamos a nuestro capitán de meseros y aunque nos advirtió que quedaríamos un poquito justos, nos hizo favor muy gentilmente de reunirnos en una sola mesa para cuatro mientras Viv preguntaba muy en serio cuánto cuesta rentar los salones.
Viv y Guillermo ante el banquete
A esa hora, por supuesto ya teníamos todos bastante hambre así que el menú fue más que bienvenido y la experiencia, inolvidable... y no lo digo yo sino las caras de felicidad de Viviana y Guillermo (creo que ellos tienen la contraparte de esta foto).
Es bien sabido que la cocina no es el fuerte de los británicos pero el té de la tarde definitivamente sí es un contendiente que da batalla en mi corazón... los scones con crema batida y mermelada de fresa o cereza amarga (la versión británica de los bisquets) son mis favoritos.  
Aquí les comparto el menú completo para que se les antoje:
Afternoon tea at the Royal Albert Hall
Savoury selection
  • Croissant of beef, horseradish, rocket
  • 
    Scones, mis favoritos
    Smoked salmon, cucumber jelly, yoghurt
  • Truffle macaroon, foie gras parfait
  • Finger sandwiches: Butler’s Secret Cheddar, Branston pickle, H. Foreman & Son smoked salmon, cream cheese
Sweet selection
  • Scones, clotted cream, strawberry jam
  • Cakes of the day
Tea
  • Traditional English breakfast, Earl Grey, Assam, herbal infusions
  • Fairtrade coffee also available
Para terminar ese primer día en Londres, recorrimos varias de sus maravillosas calles para mostrarle a Viv algunos puntos tales como el Victoria & Albert Museum y sus paredes con marcas de balas de cañón del blitz de la Segunda Guerra Mundial, la vista de la avenida Knightsbridge con Harrods ahora iluminado para la noche y las clásicas cabinas telefónicas rojas.

Nos decidimos a tomar el Tube (apodo del metro londinense) para pasar un rato a Covent Garden: un entretenido barrio bohemio donde se pueden encontrar tiendas, artistas callejeros, restaurantes, mercado de artesanías.

Volvimos a la zona de nuestros hoteles en el Tube, yo arrastrando los pies y con los ojos soñolientos pues ya llevaba demasiadas horas despierta. Sólo les puedo decir que apenas recuerdo haber llegado al hotel…

Próximo capítulo: Sherlock Holmes

 

1 comentario:

  1. Los scones son mis favoritos! Gracias por trasladarnos a este hermosos lugar!

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