miércoles, abril 16, 2014

Los grandes eventos me aquietan y calman; son sólo las nimiedades las que me irritan. ~Reina Victoria

Londres 2013, Capítulo 1: Hello London


Viajamos toda la noche para llegar a Londres pues el vuelo es de 11 horas. No pude descansar nada, pero la ilusión de volver a mi ciudad favorita en el mundo y además de ver a nuestros amigos Viviana y Guillermo, quienes atravesaron también ese día el Canal de la Mancha desde París para encontrarse con nosotros, me mantuvo con el entusiasmo a toda marcha.





Bienvenida en Heathrow
Al llegar al aeropuerto de Heathrow, ya nos estaba esperando un chofer de la agencia. Dado que hemos tenido la fortuna de viajar a Londres varias veces, los traslados y el hotel fueron los únicos servicios que contratamos.

Gracias a que así lo solicitamos a nuestra amada agente de viajes, teníamos asegurado el check-in tempranero así que nuestra habitación estuvo lista a las 7:00 am que arribamos… ¡hubiera sido terrible tener que esperar después de un vuelo tan largo!
Después de registrarnos y refrescarnos (más bien desamodorrarnos) con un regaderazo estuvimos listas para salir a disfrutar de la ciudad. Claro, antes de salir recibimos la llamada de Viv para avisarnos que ellos también habían llegado a Londres y que nos encontraríamos más tarde tal cual lo teníamos planeado. 
Hyde Park
La primera parada fue una tiendita de conveniencia donde, además de comprar café y jugo para nosotros, adquirimos el pan y los cacahuates destinados a los patos, cisnes y ardillas de Hyde Park –uno de las áreas verdes públicas más grandes de Londres y catalogado como Parque Real- ya que es una tradición visitar este hermoso lugar y nuestra educación no nos permite llegar con las manos vacías.
Marca del memorial de Lady Di
Rodeadas de paseantes, turistas, corredores, ciclistas, niños, perros y caballos recorrimos las partes que más nos gustan incluyendo el lago artificial Serpentine, el tradicional saludo a la estatua de Peter Pan, un vistazo por fuera al Palacio de Kensington que fue la residencia oficial de Lady Di y ahora lo es de William y Kate, amén de un breve paseo por la sección dedicada a Lady Di.

Estatua de Peter Pan
Ya sin pan ni cacahuates nos dirigimos a visitar el gran almacén de artículos de lujo Harrods que sinceramente yo siempre he considerado museo por aquello de sus precios. Digo “gran” almacén porque ocupa la friolera de 20,000 metros cuadrados y contiene 90,000 metros cuadrados de superficie de venta en sus cinco pisos ¡ahí nomás!
Ni qué decir que venden de todo: entre los departamentos que más nos gustan están el de mascotas (no es de extrañar pues para los ingleses los perros, gatos y caballos son prioridad), el de juguetes (un paraíso para niños y adultos) y las enormes salas donde se vende cualquier cosa comestible que imaginen, incluida una gran variedad de tés por supuesto… no en vano fue fundado en 1835, al inicio del reinado de Victoria, por el marchante de tés y mayorista de ultramarinos Charles Henry Harrod.
Lo más lindo son sus vitrinas y exhibidores artísticos; esta vez, como estábamos ya en noviembre, nos tocó por supuesto el área especial de artículos navideños que nos dejó sin aliento y sin algunas libras que nos gastamos en adquirir algunos adornos para el árbol, entre ellos uno conmemorativo del recién nacido Príncipe Jorge. Un dato curioso es que la única sucursal de Harrods fuera de Inglaterra estuvo en Buenos Aires, Argentina de 1914 a 1959 cuando la compró Casa Fraser. Otro punto a resaltar es que los hermanos Al-Fayed compraron el almacén en 1985 por 615 millones de libras esterlinas. Igual recuerdan que el hijo de uno de ellos se mató junto con Lady Di en el Puente de las Almas en París (la familia real le quitó la distinción de “proveedor preferido de la corona”)… luego de eso, Mohamed Al-Fayed vendió Harrods a la familia real de Qatar en 2010 por 1,500 millones de libras esterlinas. ¡Vaya que hizo un buen negocio!

Después de esa visita, nos encaminamos al encuentro con nuestros amigos a fin de introducirlos a dos de hitos de la cultura inglesa: un tour guiado del Royal Albert Hall y la degustación del “high tea”, conocido en el mundo como "el té de las cinco".
Próximo capítulo: Royal Albert Hall

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