jueves, abril 17, 2014

Es mi deseo que este auditorio lleve el nombre de aquél a quien debe su existencia, y que sea así llamado “The Royal Albert Hall of Arts and Sciences”. ~Reina Victoria

Londres 2013, Capítulo 2: The Royal Albert Hall, primera parte


Tomamos un típico taxi londinense para llegar al Royal Albert Hall a tiempo para nuestro tour de las 3:00 pm.  Les cuento que hice la reserva desde México directamente en la página web oficial del Royal Albert Hall que anuncia sus tours “tras bambalinas” con cupo para 20 personas que incluye la visita guiada de varios salones internos y el auditorio principal de este icónico salón de actos. El que elegí fue por supuesto el que termina con el tradicional high tea pues es una costumbre británica de abolengo que quería que nuestros amigos experimentaran en su primera visita al Reino Unido.
Royal Albert Hall
Como se nos hizo un poquito temprano, acudimos a la taquilla para cambiar nuestro mail de confirmación por los boletos correctos y luego dimos una vuelta por fuera del edificio para sacar algunas fotos y esperarles. Al poco tiempo nos alcanzaron; venían acompañados de una amiga mexicana residente en Londres muy buena onda que los dejó sanos y salvos en nuestra custodia así que por fin pudimos darles la bienvenida y escuchar sobre sus primeras impresiones.
No en vano todo el mundo habla de la “puntualidad inglesa”. A las 3:00 pm en punto apareció el guía de nuestro tour: un chico que comenzó por preguntar de dónde venía todo el grupo. Una vez establecido el origen de los 20 participantes, rápidamente se puso delante de la fila para llevarnos a través del edificio.

Mientras caminábamos, nos iba contando con remarcado humor británico sobre la historia del Royal Albert Hall. Para empezar, les cuento que desde que la Reina Victoria lo inauguró en 1871 ha estado en uso continuo. No sólo ha sido una sala de conciertos sino que su escenario es tan versátil que puede acoger casi cualquier tipo de espectáculo. Imagínense que a lo largo de su trayectoria de más de 140 años se han presentado desde artistas clásicos como Wagner y Rachmaninov y artistas populares como The Beatles, Elton John, Adele, the Killers, hasta deportistas como John McEnroe o Mohammed Ali. ¿A qué no se habían imaginado una cancha de tenis o un ring de boxeo profesionales en este lugar?
 
Fotografía del domo
Por supuesto, muchas figuras públicas tales como Sir Winston Churchill, Nelson Mandela, el Dalai Lama y obviamente, la Reina de Inglaterra, han dado discursos y conferencias desde su escenario. Espectáculos de ballet, ópera, danza moderna, patinaje sobre hielo, y hasta el Cirque du Soleil se han presentado ahí también. Y para terminar pronto, es la sede del The BBC Proms, el mayor festival mundial de música clásica que se realiza anualmente durante el verano, con una duración de ocho semanas y con un maratón de celebridades de este género, solistas, coros y orquestas transmitido a todo el mundo por la BBC… ¡mi favorito visto en el canal de la BBC en México ha sido el BBC Proms dedicado a la serie británica clásica Dr. Who para celebrar su 50 aniversario! Podemos sin duda declarar que la lista de eventos que han ocurrido ahí no tiene rival en el mundo entero. 

Pintura que muestra a la Reina Victoria colocando
la primera piedra del Royal Albert Hall
Lo primero que vimos fue un pasillo con una serie de pinturas y fotografías que muestran las diferentes etapas de la construcción y la inauguración del Royal Albert Hall. La idea de construir una serie de instalaciones permanentes para la cultura y educación de la gente la tuvo el Príncipe Alberto, consorte de la Reina Victoria, después del éxito rotundo que tuvo para el imperio en 1851 la Gran Exposición, también promovida por el Príncipe. La propuesta fue aprobada y el sitio fue comprado con una parte de los beneficios recaudados en la exposición. 

Tristemente en 1861, el Príncipe Alberto murió sin ver realizadas sus ideas; no obstante, se construyó un hermoso monumento de oro en su memoria, el Albert Memorial, orientado hacia el Royal Albert Hall. En abril de 1867 la Reina Victoria firmó la «Royal Charter of the Corporation of the Hall of Arts and Sciences» para poder iniciar con la construcción y operación del teatro y el 20 de mayo se puso la primera piedra. La ceremonia oficial de inauguración fue el 29 de marzo de 1871. El discurso de bienvenida estuvo a cargo de Eduardo, Príncipe de Gales; la Reina Victoria no dio un discurso, pues acudió aún de luto y con semblante melancólico.  
"A" de Alberto, en oro
Un dato de la construcción es que el edificio es de forma elíptica. El domo que lo cubre está hecho de cristal y acero forjado y se colocó a 41 metros de altura en el techo… toda una proeza arquitectónica. Otro detalle que a mí me cautivó es que la Reina mandó poner la inicial “A” de oro a la altura de cada escalón en la escalera interior de hierro… ¡eso es amor del bueno!

Nuestro guía destacó que el Royal Albert Hall está registrado como una organización de caridad; sin embargo, es financieramente auto-suficiente y por tanto no recibe fondos gubernamentales de ningún tipo. Cuenta con un intrincado sistema de membresías; una de esas es la de la familia real. Gracias a la misma, la reina es dueña de un palco que fácilmente puede distinguirse pues tiene una corona muy visible. La familia real recibe boletos para todos los eventos pero pocas veces acude; por tanto, distribuye los boletos a las personas de su staff que estén interesadas en acudir al evento y por eso el palco real está normalmente ocupado. Lo simpático del asunto es que, dado que en ese momento representan a la monarquía, los invitados de la reina deben observar un comportamiento digno… o sea, ¡olvídense de saltar y gritar como cualquier fanático!
Reflejo del Albert Memorial en el cristal del Royal Albert Hall
El auditorio principal y las salas adicionales que han ido habilitando con los años se rentan a cualquier persona física o moral que cumpla con ciertos requisitos indispensables. Por ejemplo, las universidades de artes de Inglaterra celebran sus graduaciones ahí; también se alquila para ceremonias de premiación o conferencias científicas. Pero, no se emocionen pues para mantener la intachable reputación de este recinto, cualquier solicitud debe superar el escrutinio de la administración del Royal Albert Hall y de sus patronos. Ah, y no se alquila para bodas ni celebraciones de cumpleaños…
Próximo capítulo: Royal Albert Hall, segunda parte


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