Londres
2013, Capítulo 2: The Royal Albert Hall, primera parte
Tomamos un típico taxi londinense para llegar al
Royal Albert Hall a tiempo para nuestro tour de las 3:00 pm. Les cuento que hice la reserva desde México
directamente en la página web oficial del Royal Albert Hall que anuncia sus
tours “tras bambalinas” con cupo para 20 personas que incluye la visita guiada
de varios salones internos y el auditorio principal de este icónico salón de
actos. El que elegí fue por supuesto el que termina con el tradicional high tea pues es una costumbre británica
de abolengo que quería que nuestros amigos experimentaran en su primera visita
al Reino Unido.
Royal Albert Hall |
No en vano todo el mundo habla de la “puntualidad inglesa”. A las 3:00 pm en punto apareció el guía de nuestro tour: un chico que comenzó por preguntar de dónde venía todo el grupo. Una vez establecido el origen de los 20 participantes, rápidamente se puso delante de la fila para llevarnos a través del edificio.
Mientras caminábamos, nos iba contando con remarcado
humor británico sobre la historia del Royal Albert Hall. Para empezar, les
cuento que desde que la Reina Victoria lo inauguró en 1871 ha estado en uso
continuo. No sólo ha sido una sala de conciertos sino que su escenario es tan
versátil que puede acoger casi cualquier tipo de espectáculo. Imagínense que a
lo largo de su trayectoria de más de 140 años se han presentado desde artistas
clásicos como Wagner y Rachmaninov y artistas populares como The Beatles, Elton
John, Adele, the Killers, hasta deportistas como John McEnroe o Mohammed Ali.
¿A qué no se habían imaginado una cancha de tenis o un ring de boxeo
profesionales en este lugar?
Fotografía del domo |
Lo primero que vimos fue un pasillo con una serie de pinturas y fotografías que muestran las diferentes etapas de la construcción y la inauguración del Royal Albert Hall. La idea de construir una serie de instalaciones permanentes para la cultura y educación de la gente la tuvo el Príncipe Alberto, consorte de la Reina Victoria, después del éxito rotundo que tuvo para el imperio en 1851 la Gran Exposición, también promovida por el Príncipe. La propuesta fue aprobada y el sitio fue comprado con una parte de los beneficios recaudados en la exposición.
Tristemente en 1861, el Príncipe Alberto murió sin ver
realizadas sus ideas; no obstante, se construyó un hermoso monumento de oro en
su memoria, el Albert Memorial, orientado hacia el Royal Albert Hall. En abril
de 1867 la Reina Victoria firmó la «Royal Charter of the Corporation of the
Hall of Arts and Sciences» para poder iniciar con la construcción y operación
del teatro y el 20 de mayo se puso la primera piedra. La ceremonia oficial de
inauguración fue el 29 de marzo de 1871. El discurso de bienvenida estuvo a
cargo de Eduardo, Príncipe de Gales; la Reina Victoria no dio un discurso, pues
acudió aún de luto y con semblante melancólico.
"A" de Alberto, en oro |
Un dato de la construcción es que el edificio es de
forma elíptica. El domo que lo cubre está hecho de cristal y acero forjado y se
colocó a 41 metros de altura en el techo… toda una proeza arquitectónica. Otro
detalle que a mí me cautivó es que la Reina mandó poner la inicial “A” de oro a
la altura de cada escalón en la escalera interior de hierro… ¡eso es amor del
bueno!
Nuestro guía destacó que el Royal Albert Hall está
registrado como una organización de caridad; sin embargo, es financieramente
auto-suficiente y por tanto no recibe fondos gubernamentales de ningún tipo.
Cuenta con un intrincado sistema de membresías; una de esas es la de la familia
real. Gracias a la misma, la reina es dueña de un palco que fácilmente puede
distinguirse pues tiene una corona muy visible. La familia real recibe boletos para
todos los eventos pero pocas veces acude; por tanto, distribuye los boletos a
las personas de su staff que estén interesadas en acudir al evento y por eso el
palco real está normalmente ocupado. Lo simpático del asunto es que, dado que
en ese momento representan a la monarquía, los invitados de la reina deben
observar un comportamiento digno… o sea, ¡olvídense de saltar y gritar como
cualquier fanático!
Reflejo del Albert Memorial en el cristal del Royal Albert Hall |
El auditorio principal y las salas adicionales que
han ido habilitando con los años se rentan a cualquier persona física o moral
que cumpla con ciertos requisitos indispensables. Por ejemplo, las
universidades de artes de Inglaterra celebran sus graduaciones ahí; también se
alquila para ceremonias de premiación o conferencias científicas. Pero, no se
emocionen pues para mantener la intachable reputación de este recinto, cualquier
solicitud debe superar el escrutinio de la administración del Royal Albert Hall
y de sus patronos. Ah, y no se alquila para bodas ni celebraciones de cumpleaños…
Próximo capítulo: Royal Albert Hall, segunda parte
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