India 2013, Capítulo 11: Encuentro con un
verdadero Sultán
Aún estaba muy oscuro cuando escuchamos la voz del chico del staff de Sher Bagh diciéndonos que era hora de despertar y que nos dejaría nuestra orden en la entrada de la tienda.
Como todo el mundo sabe, amo dormir y no me hace feliz levantarme antes de que amanezca pero algo me dijo que ese día sería especial así que no me costó demasiado trabajo despabilarme. Mi hermana y yo nos vestimos rápidamente y salimos de la tienda a degustar el té y café con galletas. El clima estaba bastante fresco todavía así que lo calientito del líquido nos vino muy bien. Los pajarillos que normalmente se levantan con bastante mejor humor que yo, deambulaban esperando que les compartiéramos migajas. Por supuesto, no nos hicimos del rogar.
Después de una escala técnica, caminamos hasta la entrada del campamento para encontrarnos con uno de los guardabosques del parque y un chofer quienes nos indicaron que esa primera mañana nos había tocado el sector 1 del parque, al que debíamos ingresar por el acceso más cercano a Sher Bagh.
Realizamos un trayecto corto para llegar al sector
que nos correspondía para ese día. El guardabosques nos platicó que en
distintos lugares del parque hay estaciones de vigilancia donde los guías deben
reportarse para averiguar si se han visto tigres pasar a fin de poder
seguirlos. Los tigres son una especie en extinción. En Ranthambore existen
alrededor de 36 tigres actualmente; dado que viven en solitario, excepto cuando
se aparean o son cachorros, cada tigre necesita varias hectáreas para tener
suficiente espacio para desarrollarse. Son expertos cazadores cuya
estrategia deriva en camuflarse entre el pasto alto y avanzar hasta estar muy
cerca de su presa elegida a fin de sorprenderla con un salto y sujetarla
con sus enormes garras y feroces fauces. Los tigres son animales grandes y pesados -los machos miden de 2.70 a 3.10 mts. mientras que las hembras miden de 2.40 a 2.65 mts. de largo; a eso, hay que sumar la cola que mide unos 85-100 cms de largo. Su altura a los hombros es 90-110 cms. Tienen un peso promedio de 235 kg para los machos y de 140 kg para las hembras- por lo que, a pesar de ser muy rápidos, no tienen la resistencia
necesaria para recorrer grandes distancias velozmente. Los tigres tienen
personalidades individuales y sus rayas son la manera de distinguirlos unos de
otros pues son únicas –como nuestras huellas digitales.
La más famosa de los tigres de Ranthambore es
Macchli, también conocida como “La dama de los lagos” por el territorio
privilegiado que eligió y ganó, el cual obviamente contiene un gran suministro
de agua. Macchli es toda una celebridad pues tiene el récord de ser el mamífero
más fotografiado/filmado del mundo. Ha sobrevivido más años de lo normal y ha tenido
varias camadas exitosas. Su nombre significa pez y así la bautizaron pues en su
cuerpo tiene una marca que, con mucha imaginación, tiene esa forma.
Después de reportarnos a la entrada, nos dirigimos
al sector 1. Nuestro guardabosque nos explicó que ellos escuchan con atención
los sonidos de la jungla para determinar el área donde se está moviendo el
tigre en cuyo territorio se está en ese momento. Una de las especies más cuantiosas
es el mono langur, apodado por ellos como el “twitter monkey” ya que al andar
en las copas de los árboles es capaz de distinguir al tigre merodeando y dar la
alerta al resto de la fauna a fin de que huyan del lugar lo más rápido posible. Estoy segura de que el tigre no es su fan
pero nosotros sí pues podría ser nuestro aliado ese día.
Los safaris duran aproximadamente tres horas y se
hacen una vez en la mañana antes de desayunar y otra vez en la tarde (en otro
sector) después de comer. Iniciamos el recorrido deteniéndonos para ver
distintas especies tanto de flora como de fauna que nos señalaba el
guardabosque, pero siempre con la esperanza de que la fortuna nos acompañara y
pudiéramos admirar a un escurridizo gato rayado. Por cierto, un aprendizaje
importante fue que lo que conocíamos como panteras negras en realidad son
leopardos negros. Panthera es el nombre científico de los grandes felinos, por
lo que los tigres, leones, y demás también son panteras. O sea, Bagheera, el
personaje de El Libro de la Jungla, era un leopardo negro. Otro dato es que el
oso bezudo al que todos asociamos con Baloo, no es nada relajado y buena onda
como el personaje del mismo libro… imagínense que el guardabosque nos aclaró categorícamente
que teníamos más oportunidades de sobrevivir encontrándonos con un tigre o un
leopardo que con uno de esos osos… ¡ahí nomás!
Durante el safari vimos hermosos ejemplares de
muchas especies. Entre los más destacados: el Martín Pescador (Kingfisher), el
Sambhar (gran ciervo de India), la gacela Chital (a la que el guardabosque muy
mala onda llamó “chocolate para el tigre” por ser pequeñita y servir de “postre”
al gran depredador), la Mangosta, y varias aves de rapiña como el Águila. Osos
y leopardos no vimos pero con las referencias anteriores, no sé si
decepcionarme o agradecerlo.
Pasada una hora y media más o menos, nos detuvimos a
tomar un poco de té y a hacer una escala técnica. Siempre decimos que en
nuestros viajes una anécdota destaca. Esta vez fue la instrucción de “si tienen
ganas de ir al baño, vayan detrás de la pared”. Siendo gente civilizada,
supusimos que las instalaciones sanitarias se encontrarían detrás de la pared indicada…
¡imaginen nuestra sorpresa cuando al llegar ahí no nos quedó de otra más que recurrir
a la conocida metodología de “hazme casita”!
Seguimos recorriendo las veredas y en ocasiones
inclusive viendo huellas de tigre en ellas ya que justo los jeeps siguen los
senderos que los tigres han hecho con los años para recorrer su territorio a
fin de incrementar las probabilidades de verlos.
Después de un largo rato, iniciamos el camino de regreso un poco desilusionados con la falta de gatos visibles. Después de salir del sector 1, el guardabosque se detuvo y le dio instrucción al chofer de seguir una vereda y nos topamos con algunos otros jeeps. De repente, uno de los otros guardabosques gritó “¡Tigre!” y señaló desaforado hacia una dirección. Lo seguimos en una carrera vertiginosa y ¡al fin! tuvimos nuestro soñado encuentro.
Después de un largo rato, iniciamos el camino de regreso un poco desilusionados con la falta de gatos visibles. Después de salir del sector 1, el guardabosque se detuvo y le dio instrucción al chofer de seguir una vereda y nos topamos con algunos otros jeeps. De repente, uno de los otros guardabosques gritó “¡Tigre!” y señaló desaforado hacia una dirección. Lo seguimos en una carrera vertiginosa y ¡al fin! tuvimos nuestro soñado encuentro.
El guardabosque nos dijo que su nombre es Sultán: un
tigre muy joven de 1 año y medio que seguramente venía siguiendo a su madre y
se quedó a mitad de cruzar el sendero, encontrándose de frente con varios jeeps
llenos de turistas. Guardamos respetuoso silencio, sacamos cámaras y celulares
y nos dedicamos a fotografiar todos sus gestos y movimientos hasta que, después
de un rato de darnos el regalo de su presencia, decidió emprender su camino. Imposible
describir la emoción que sentí al verlo en todo su esplendor así que les
comparto su imagen, para siempre grabada en mi cerebro.
Felices, salimos del parque para volver a Sher Bagh
y narrar nuestra inolvidable aventura durante el desayuno. Nunca imaginamos que
seríamos las únicas afortunadas en ver un tigre ese día y el día siguiente. Durante
nuestra estancia tuvimos oportunidad de disfrutar de un delicioso masaje en el
campamento, de admirar las fotos de tigres y otras especies del parque, y de
visitar otros dos sectores de Ranthambore muy distintos entre sí donde pudimos
apreciar parte del famoso fuerte y recordar vívidamente escenas del Libro de la
Selva, constatando que Rudyard Kipling simplemente reflejó en su famoso libro
algo que existe verdaderamente en la naturaleza. Nosotros fotografiamos todo lo
que vimos… y unos niños indios que iban en excursión escolar nos fotografiaron
a nosotros. Lo inolvidable fue el privilegio de conocer a Sultán: ¡un acontecimiento
increíble que difícilmente podremos superar!
Próximo capítulo: La maravillosa ciudad de Jaipur
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