India 2013, Capítulo 2: La “nueva” Delhi
Ya con la cabeza más o
menos en su lugar, salimos con entusiasmo al encuentro de nuestra guía local,
Rekha –su nombre en hindi quiere decir “recto, armónico” (lindos atributos digo
yo).
La primera parada del
tour fue para visitar el centro político
de India, donde está la Rashtrapati Bhavan, residencia del presidente de la
India. Cabe mencionar que ser presidente en la India es la chamba más genial
del mundo. A pesar de que India es una república democrática, el presidente es seleccionado
por un consejo de ministros y puede ser reelegido después de un periodo de
cinco años. Constitucionalmente, es el jefe de estado y de las fuerzas armadas;
sin embargo, quien se lleva las palmas o los tomates es realmente el Primer
Ministro de India que sí es elegido por medio de la votación de la población.
Entonces, el presidente le delega las decisiones al primer ministro y, según nos
contaron, se la pasa padrísimo en su preciosa casa, llevando a cabo tareas
diplomáticas.
El plan urbanístico de
Nueva Delhi (la zona que rodea Rajpath) fue realizado por el arquitecto
británico Edwin Lutyens. El complejo es impactante. Su centro es el Rajpath
(Camino del Rey): un boulevard ceremonial que va desde Rashtrapati Bhavan (“Los
Pinos” para los cuates) en Raisina Hill (una colina artificial construida por
los ingleses) hasta el Estadio Nacional, pasando por Vijay Chowk (Plaza de la
Victoria) y la Puerta de la India (el arco a los caídos de India, en honor a
quienes murieron en la Primera Guerra Mundial y la segunda guerra anglo-afgana.
También es el memorial del soldado desconocido).
Rajpath |
La avenida está
flanqueada a ambos lados por césped, canales y filas de árboles. Es la calle
utilizada el 26 de enero de cada año para el desfile del Día de la República de
India. Las celebraciones de la constitución consisten en una exhibición de la
diversidad cultural del país y su poder militar. También se usa para las
procesiones funerales de importantes líderes políticos locales. Para muestra, la
primera escena de la película Gandhi comienza en Rajpath.
Después de admirar el
estilo anglo-hindú de los edificios, bajamos para admirar, aunque sea por
fuera, algunos de los palacios de los diversos maharajá quienes tenían
residencias oficiales en Nueva Delhi por ser la capital política del país. Uno
de los más bonitos es el del Maharajá de Jaipur… una ciudad que visitaríamos
días después.
Y se preguntarán qué onda
con los famosos Maharajás. Estrictamente, majarás significa ‘gran rey’ (rey
entre reyes, o emperador), pero se utiliza indistintamente para reyezuelos,
intendentes de comunas, etc. En 1947, cuando la India se independizó del
Imperio británico (e incluía al actual Pakistán) poseía más de 600 estados
principescos, cada uno con su propio regente. Desafortunadamente, el Maharajá
de Poka Hu no estaba en casa cuando tocamos la puerta de su palacio… ¡snif!
La segunda parada fue el
complejo Qutb: un conjunto de edificios y monumentos considerado patrimonio de
la humanidad por la UNESCO. Lo más importante del complejo –prueba de que el
reciclaje no es un invento moderno porque sus monumentos están hechos con
partes de 27 templos hinduistas y jainistas– son dos construcciones: la
mezquita Quwwat-ul-Islam, reconocida como la primera edificación de culto
islámico de India pues data del año 1190, y el Qutab Minar: el minarete más alto
del mundo con sus 72.5 metros, casi igual de antiguo que la mezquita.
Periquitos indios |
Chipmunk |
Después de recorrer el
complejo salimos hacia la tumba de Humayun, segundo emperador Mogol. Les cuento
que el Imperio Mogol -¡no confundir con Mongol!- fue un poderoso estado turco
islámico del subcontinente indio, que existió entre los siglos XVI y XIX.
Abarcó en su período de apogeo la mayor parte de los territorios actualmente
correspondientes a la India, Pakistán y Bangladés, llegando a poseer zonas del
Afganistán, Nepal, Bután y este del Irán. A estos amigos mogoles nos los
topamos muchas más veces, así que les contaré mucho más de ellos.
El mausoleo de Humayun |
De regreso en el
Claridges, nos fuimos derechito a tomar el té en el jardín muy al estilo
británico y luego a dormir temprano para recuperarnos del jet lag.
Primer día, ¡check! En el
siguiente capítulo les contaré sobre la “vieja Delhi”…
Como te acuerdas de tantos detalles?
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