viernes, enero 10, 2014

Vive como si fueras a morir mañana; aprende como si el mundo fuera a durar para siempre. ~Gandhi

India 2013 - Capítulo 1

Puerta de la India, Nueva Delhi
La decisión de visitar la India estaba hecha desde hace muchos años. El tema más bien era ¿cuándo estaríamos preparadas para enfrentar sus extremos contrastes? Y es que las narraciones de amigos que se nos adelantaron eran muy variadas… unas muy positivas y otras, todo lo contrario. Así que optamos por hacer tripas corazón, ahorrar un montón y fijarnos la meta de aventarnos a esta andanza mística, mágica y musical de más de 24 horas de traslado en octubre-noviembre de 2013.

Así fue como, con la ayuda de nuestra querida agente de viajes de confianza, con visa tramitada y demás, el sábado 19 de octubre emprendimos la ruta México-Londres-Nueva Delhi. Quien me conoce sabe que no puedo dormir en los aviones así que está por demás contarle que se sintió laaaaargo. Más cuando la expectativa de pisar tierra india era llegar en la madrugada del lunes 21… ¡uf!

En fin, después de un viaje sin contratiempos con una corta estancia en Heathrow que nos alcanzó para comernos unos tradicionales fish and chips, y definir qué souvenirs británicos comprar al regreso, al fin desembarcamos en el aeropuerto Indira Gandhi de Nueva Delhi. Una vez hecho el trámite de migración y recogido las maletas (¡aplauso a British Airways!), nos encontramos con nuestro coordinador Ahmed en la salida internacional.

Ahmed y nuestro chofer Sij Sono nos llevaron sanas y salvas (y algo dormidas) al hotel Claridges y nos ayudaron con el registro, instrucciones, etc.  Una vez descansadas y con el desayuno en el panza (un tip: si vas a un país extraño, antes de probar la comida del lugar consume un yogur local… eso ayuda a evitar problemas estomacales), iniciamos nuestro encuentro con Nueva Delhi: la capital política de la India y el sitio donde mi héroe Gandhi fue asesinado...

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