viernes, enero 31, 2014

La violencia es el miedo a los ideales de los demás. ~Mahatma Gandhi

India 2013, Capítulo 6: En la vida todo es cuestión de perspectiva


Después de maravillarnos con el Templo Dorado acudimos a recorrer un jardín público cercano llamado Jalian Wala Bagh que alberga un memorial y un pequeño museo dedicado a conmemorar un hecho histórico muy relevante, pero nada agradable. Aquí entra en juego mi reflexión de que en la vida todo es cuestión de perspectiva y, específicamente en la historia, eres héroe o villano dependiendo de si concuerdas o no con las creencias de quien la narra.

Les cuento: Durante la ocupación de la India, el gobierno británico promulgó un decreto que contenía una serie de recomendaciones, elaboradas por una Comisión denominada Rowlatt, que fuera creada para investigar la existencia de una probable conspiración. Mediante esta ley se le confirió al Virrey poderes extraordinarios para reprimir cualquier acto que pudiese ser considerado como sedicioso, lo cual incluía silenciar la prensa, detener a activistas políticos sin orden judicial y arrestar a cualquier persona que fuese sospechosa de rebeldía. En protesta se llamó a una huelga general en el país, siendo esta el inicio de un creciente descontento por los abusos cometidos por el poder colonial. Si esta situación les suena familiar, no son nada despistados.

La agitación reinante trajo funestas consecuencias, particularmente el 13 de abril de 1919 en lo que se conoce como la Masacre de Amritsar, cuando tropas británicas comandadas por el general Reginald Dyer dispararon contra una multitud que incluía mujeres y niños congregada en Jalian Wala Bagh, un jardín amurallado, para celebrar el festival hindú de Baisakhi, sin tener conocimiento de la existencia de una orden marcial.
El jardín comprendía 28,000 m² y estaba amurallado por todos lados a excepción de cinco entradas; cuatro de estas entradas eran muy estrechas, admitiendo sólo a unas pocas personas a la vez. La quinta entrada fue bloqueada por los soldados armados, así como por dos carros blindados armados con ametralladoras ya que estos vehículos no pudieron pasar. Al ingresar en el recinto, el general ordenó a las tropas que abrieran fuego directamente sobre la multitud, sin previo aviso. El tiroteo siguió hasta que el suministro de 1,650 balas se agotó. El fuego siguió sin parar durante aproximadamente 10 minutos.


De vez en cuando, Dyer "comprobaba el fuego y lo dirigía sobre los sitios donde la muchedumbre era más apretada". Hizo esto no porque la gente fuera lenta en dispersarse, sino porque él "había decidido castigarlos por haberse reunido allí". Al principio algunos soldados dispararon al aire, ante lo cual Dyer gritó: "¡Fuego bajo! ¿Para qué los han traído aquí?" Más tarde, el propio testimonio de Dyer reveló que no se les dio ninguna advertencia para dispersarse y él no sintió ningún remordimiento por haber ordenado que sus tropas dispararan.


Los informes oficiales británicos estimaron 379 muertos y más de 1,000 heridos. Sin embargo, el doctor Smith, un cirujano civil británico de la ciudad, calculó más de 1,800 fallecimientos. Esta masacre le ganó al general Dyer el infame epíteto de «carnicero de Amritsar» en la India y, por supuesto, minó la buena voluntad de los indios hacia los británicos y echando por tierra la esperanza de la autonomía de la India. Marcó permanentemente las relaciones entre la India y el Reino Unido Gran Bretaña e Irlanda, siendo históricamente el preludio del movimiento de no cooperación que encabezó Mahatma Gandhi entre los años1920 y 1922. 

El gobierno británico sometió a Dyer a una extensa investigación. Al finalizarla, Dyer fue citado por el teniente general Sir Havelock Hudson, quien le dijo que estaba relevado del mando. Más tarde, el comandante en jefe en India, general sir Charles Carmichael Monro le hizo dimitir a su puesto y le dijo que no obtendría otro. Hubo gente en Inglaterra que lo recibió como héroe defensor de los europeos y lo mantuvo económicamente. En 1921, el general Dyer quedó paralítico como producto de un derrame y jamás se recuperó. Falleció en Long Ashton, cerca de Bristol, Inglaterra el 23 de julio de 1927.
Como un somero ejemplo de la controversia que causaron las acciones de Dyer, mientras que en protesta contra la matanza, el escritor y premio Nobel Rabindranat Tagore renunció a su título de Sir (caballero), el escritor británico Rudyard Kipling expresó su apoyo al general Dyer, afirmando que había "salvado a la India". El Morning Post lo recordó en un artículo titulado "El hombre que salvó a la India" y "Cumplió con su deber" pero el Westminster Gazette escribió una opinión contraria, "Ninguna acción británica, durante el curso de nuestra historia en India, ha dado un golpe tan severo a la fe india en la justicia británica como la masacre en Amritsar."

 
Michael O’Dwyer, el entonces teniente gobernador de Panyab, apoyó al General Dyer por sus acciones y había llamado a la masacre una acción "correcta". En su libro, India as I Knew It (India como la conocí), escribió en 1925 «Los panyabís rápidamente aprendieron la lección, la revolución es una cosa peligrosa».  Su afirmación fue contradicha quince años después: el 13 de marzo de 1940, en Caxton Hall en el corazón de Londres, Michael O’Dwyer fue asesinado a tiros por un panyabí, Shaheed Udham Singh, en venganza por la masacre de Amritsar en particular y su dominio de represión política en Panyab en general. Asumo que no hace falta decirles quién es admirado como héroe en India, ¿verdad?



Siguiente capítulo: El bizarro ritual de la frontera con Pakistán.


domingo, enero 19, 2014

El Dios sin forma se encuentra entretejido dentro de cada corazón. ~Afirmación Sij

India 2013, Capítulo 4: Amritsar


Dejamos Delhi para tomar un vuelo a Amritsar. Les cuento que supe que este lugar existía por una película bastante sui géneris llamada “Bride and Prejudice”: la versión Bollywood -apodo popular para la industria del cine de India que produce más filmes al año que Hollywood- de mi amada obra clásica “Orgullo y Prejuicio” escrita por la británica Jane Austen.

Amritsar se sitúa al norte de la India, casi esquina con Pakistán. Lo primero distinto que notamos comparado con Delhi es que en Amritsar, al estar tan cerca de una frontera hostil, la seguridad es bastante más compleja… en el aeropuerto, en los hoteles y hasta en los centros comerciales te registran en la entrada y se ven soldados por todos lados.

Dejamos maletas en el hotel y nos reencontramos con nuestro guía local quien nos reveló que poéticamente, el significado de Amritsar es “El Estanque del Néctar de la Inmortalidad”. Es hogar del Harmandir Sahib, conocido también como Templo Dorado, epicentro cultural y espiritual de la religión Sij. Para mi sorpresa, ¡me enteré que este santuario atrae más visitantes aún que el mismísimo Taj Mahal!



Banderas de bienvenida al Templo Dorado
En tanto llegábamos al Templo Dorado, nos platicó que Amritsar fue fundada por el Gurú Ram Das bajo el nombre de Sarovar en 1564. Eligió este lugar porque su ubicación era privilegiada ya que constituía un punto de paso obligado para quienes recorrían la ruta de la seda. Justo por su posición estratégica, esta ciudad fue conquistada por los mongoles (ahora sí los mongoles, no los mogoles) y luego por los afganos. Ya en tiempos de los británicos, sufrió algunos de los peores disturbios y hechos de violencia durante la separación de las Indias británicas en las actuales repúblicas de la India y Pakistán.

Después de esa breve introducción, nos acercamos a la entrada del Templo Dorado. Amén de ser una maravilla arquitectónica, para mí este templo es un ejemplo de cómo se vive una religión. Para explicarme mejor, les platico un poco sobre los Sij.

El sijismo -o sikhismo- surgió a finales del siglo XV en Punjab (la provincia donde está Amritsar). Su fundador reconocido es el Gurú Nanak, el cual tuvo una infancia muy influenciada por el hinduismo y el Islam. Él decía que ambas religiones decían cosas parecidas, y pretendió unificarlas tomando lo mejor de cada una. Inició este nuevo pensamiento y religión que atrajo a muchos seguidores, los cuales transmitieron el sijismo. Gurú quiere decir “maestro”.

Es sijismo es una religión monoteísta, y se opone al sistema de castas ya que piensa que todos los hombres son iguales. Los varones sijes utilizan un segundo nombre Singh (que significa ‘león’) tras su nombre de pila. Las mujeres utilizan Kaur (que significa ‘princesa’) como segundo nombre. El rechazo de los sijes al sistema de castas se refleja en que muchos sijes prefieren evitar el uso del apellido, muy ligado a la identificación de las castas, utilizando solo su nombre de pila seguido de Singh o Kaur.
 
Hoy en día los sij apenas constituyen el 2% de la población india, pero es una religión muy importante en las tradiciones indias. Su libro sagrado es el "Guru Granth Sabih", donde aparecen las enseñanzas de Guru Nanak. A veces este libro se considera como si fuera el mismo Dios. Dios es inmortal, es el creador y le llaman Sat Nam.

La escritura sagrada sij empieza con el Mul Mantar que es un canto de inicio que describe los atributos esenciales del único Dios, creado de la nada. Dios es masculino y femenino al mismo tiempo, está por encima de la emociones humanas y es puro amor y compasión.

Finalmente, esta doctrina inculca en sus seguidores la humildad y el bien hacia los demás; promueve el desarrollo de una relación personal con Dios, y apoya la creencia en un Dios bondadoso que responde a las plegarias. Del hinduismo toma la idea del Karma y la reencarnación.
 


Los sijes practicantes (hombres) deben llevar siempre estos artículos:
  1. kesh: pelo largo sin cortar (de ahí el uso de turbantes)
  2. khanga: un pequeño peine de madera para recogerse el pelo
  3. kara: un brazalete metálico
  4. kacha: ropa interior de algodón
  5. kirpán: en sus orígenes era una espada ceremonial, pero actualmente no es más que una pequeña daga. Simboliza poder y libertad de espíritu, autorrespeto, la lucha constante del bien y la moralidad sobre la injusticia. El kirpán nunca debe desenvainarse para atacar, pero puede usarse para la autodefensa o para proteger a un tercero.
El símbolo distintivo sij se llama Khanda y está formado por cuatro armas, el khanda, situado entre dos espadas curvas llamadas kirpanes y un chakkar, arma con forma de disco. Cada arma tiene un significado diferente:
  • khanda: espada recta que simboliza el conocimiento de Dios
  • kirpanes: espadas curvas que representan la soberanía política y espiritual
  • chakkar: arma en forma de disco que simboliza la unicidad de Dios




 

Confiando en poder haberles enamorado un poco de los sij, en el próximo capítulo les contaré a detalle mi encuentro con el fabuloso Templo Dorado.


 

Creo en un mundo unido, y llegará el tiempo en que la gente sabrá preservar su individualidad y, a la vez, abatir barreras divisorias. ~Indira Gandhi

India 2013, Capítulo 3: La vieja Delhi


Un nuevo día amaneció en Delhi y nos preparamos para visitar sus sectores más antiguos. Rehka nos llevó primero a Jamma Masjid, la mezquita más grande de la India, que data del 1658 y representa la última extravagancia arquitectónica de Shah Jahan (el Mogol que construyó el Taj Mahal). Nada despistado, Shah Jahan la edificó en lo alto de una pequeña colina a la que accedes por una escalinata. Esta ubicación privilegiada permite que su fachada sea visible desde numerosos puntos de la zona y que se puedan disfrutar de vistas espectaculares desde la cima.  Al llegar al acceso, nos recibieron con la noticia de que teníamos que entrar sin calzado, amén de cubiertas con una extraña vestimenta… como es indescriptible, mejor les comparto la foto (se vale reírse de la facha).


Jamma Masjid
El tamaño de su patio es suficiente  para que 25,000 musulmanes recen a la vez, cada uno desde su alfombrita orientada a la Mecca. Notorio es que la mezquita contiene algunas reliquias de Mahoma: un pelo, una sandalia y la huella de su pisada… el furor por coleccionar efectos personales de las celebridades no es cosa nueva.
Chandni Chowk


Después de sacar muchas fotos, descendimos para tomar un rickshaw (bicitaxi en cristiano) en el que  cruzamos Chandni Chowk: el colorido mercado principal de la ciudad, con más de 300 años de existencia.
El recorrido fue la primera vez que nos enfrentamos a la verdadera India: de repente nos vimos rodeadas de toda clase de productos, colores, olores, sonidos, vehículos, animales y, por supuesto, gente. Mi descubrimiento sobre este vertiginoso serpenteo fue que los peatones, los animales y los conductores que deambulan por este país parecen tener un absoluto dominio del espacio que ocupan y un acuerdo tácito de no invasión pues, a pesar de la cantidad de tráfico de todo tipo que recorre los angostos caminos y de siempre estar “a punto” de converger, no vimos un solo accidente durante nuestra estancia. Estoy segura de que algo tenemos que aprender de ellos.

Al final del paseo llegamos a nuestro destino: el Fuerte Rojo de Delhi. Este Fuerte fue un palacio residencial cuando nuestro amigo Shah Jahan trasladó su capital desde Agra buscando dar más prestigio a su imperio y llevar a cabo sus ambiciosos esquemas de construcción. Se le apoda “rojo” por el color de la piedra arenisca que se usó para su construcción y data de 1648. Se concibió como una unidad y a pesar de que ya tiene sus añitos, no ha sufrido demasiadas modificaciones con todo y que el ejército británico lo ocupó en 1857, destruyendo varios pabellones y jardines interiores. Su diseño evoca una réplica del paraíso descrito en el Corán; en una frase escrita de forma repetitiva en las paredes del palacio se puede leer: "Si existe un paraíso en la tierra, está aquí, está aquí". Es uno de los ejemplos más claros del estilo arquitectónico mogol que mezcló elementos de influencia hindú con prototipos islámicos.



Raj Ghat
Saliendo del Fuerte Rojo, nos dirigimos a Raj Ghat: el lugar donde fue incinerado Gandhi tras su asesinato en 1948. Desafortunadamente, no llegamos más allá de la entrada pues algún político tendría un evento ahí y tuvimos que conformarnos con sacar fotos desde lejos.





Al regreso al hotel ya con hambre seguimos la recomendación de Rekha de comer en el reconocido restaurante Dhaba. Degustamos por primera vez varios platos de mi amada cocina india. Como entrada elegimos lo que cariñosamente optamos por llamar “piñas al pastor” porque justamente a eso sabían, aunque el adobo estaba un poco más picante. Los siguientes platos fueron vegetarianos y para el postre descubrimos un nuevo favorito: bolitas de queso cottage con miel. Al final de la cena, en lugar de los típicos chicles o dulces de tamarindo, nos ofrecieron unos simpáticos digestivos muy a la usanza india: semillitas de distintas especias, delicioso, saludable y muy colorido.


Luego de los sagrados alimentos, nos dirigimos a la casa donde Gandhi fue asesinado, misma que estratégicamente estaba a distancia caminable del hotel. Es un museo interesante. La planta baja tiene una exhibición permanente sobre la vida y obra de Gandhi, copias de sus publicaciones y una serie bastante curiosa de maquetas que muestran los hitos de su vida. En la planta alta pudimos disfrutar de una exposición itinerante e interactiva sobre la filosofía de Gandhi, dirigida a público infantil y juvenil.
Las dos cosas que más me emocionaron fueron lo último que vimos antes de salir del museo: la última habitación que ocupó donde se ven sus objetos personales, y el lugar específico ubicado en el jardín donde lo asesinaron. La austeridad con la que vivió y la frase “Mi mensaje es mi vida” colgado en ese último recinto, realmente me dejó conmovida.

Cabe mencionar que ahí descubrí que la rueca que forma parte de la bandera de India es un homenaje a la que usó siempre el que ellos llaman “padre de la patria”. Reza un viejo adagio en el que tanto creo “Entre más grande seas, más humilde debes ser”… y aquí está más que comprobado.


Así nos despedimos de Delhi… próximo capítulo: Amritsar y su templo dorado.

domingo, enero 12, 2014

La más larga caminata comienza con un paso. ~Proverbio Hindú

India 2013, Capítulo 2: La “nueva” Delhi


Ya con la cabeza más o menos en su lugar, salimos con entusiasmo al encuentro de nuestra guía local, Rekha –su nombre en hindi quiere decir “recto, armónico” (lindos atributos digo yo).
 
La primera parada del tour fue para visitar  el centro político de India, donde está la Rashtrapati Bhavan, residencia del presidente de la India. Cabe mencionar que ser presidente en la India es la chamba más genial del mundo. A pesar de que India es una república democrática, el presidente es seleccionado por un consejo de ministros y puede ser reelegido después de un periodo de cinco años. Constitucionalmente, es el jefe de estado y de las fuerzas armadas; sin embargo, quien se lleva las palmas o los tomates es realmente el Primer Ministro de India que sí es elegido por medio de la votación de la población. Entonces, el presidente le delega las decisiones al primer ministro y, según nos contaron, se la pasa padrísimo en su preciosa casa, llevando a cabo tareas diplomáticas.



Rajpath
El plan urbanístico de Nueva Delhi (la zona que rodea Rajpath) fue realizado por el arquitecto británico Edwin Lutyens. El complejo es impactante. Su centro es el Rajpath (Camino del Rey): un boulevard ceremonial que va desde Rashtrapati Bhavan (“Los Pinos” para los cuates) en Raisina Hill (una colina artificial construida por los ingleses) hasta el Estadio Nacional, pasando por Vijay Chowk (Plaza de la Victoria) y la Puerta de la India (el arco a los caídos de India, en honor a quienes murieron en la Primera Guerra Mundial y la segunda guerra anglo-afgana. También es el memorial del soldado desconocido).
La avenida está flanqueada a ambos lados por césped, canales y filas de árboles. Es la calle utilizada el 26 de enero de cada año para el desfile del Día de la República de India. Las celebraciones de la constitución consisten en una exhibición de la diversidad cultural del país y su poder militar. También se usa para las procesiones funerales de importantes líderes políticos locales. Para muestra, la primera escena de la película Gandhi comienza en Rajpath.
Después de admirar el estilo anglo-hindú de los edificios, bajamos para admirar, aunque sea por fuera, algunos de los palacios de los diversos maharajá quienes tenían residencias oficiales en Nueva Delhi por ser la capital política del país. Uno de los más bonitos es el del Maharajá de Jaipur… una ciudad que visitaríamos días después.
Y se preguntarán qué onda con los famosos Maharajás. Estrictamente, majarás significa ‘gran rey’ (rey entre reyes, o emperador), pero se utiliza indistintamente para reyezuelos, intendentes de comunas, etc. En 1947, cuando la India se independizó del Imperio británico (e incluía al actual Pakistán) poseía más de 600 estados principescos, cada uno con su propio regente. Desafortunadamente, el Maharajá de Poka Hu no estaba en casa cuando tocamos la puerta de su palacio… ¡snif!
La segunda parada fue el complejo Qutb: un conjunto de edificios y monumentos considerado patrimonio de la humanidad por la UNESCO. Lo más importante del complejo –prueba de que el reciclaje no es un invento moderno porque sus monumentos están hechos con partes de 27 templos hinduistas y jainistas– son dos construcciones: la mezquita Quwwat-ul-Islam, reconocida como la primera edificación de culto islámico de India pues data del año 1190, y el Qutab Minar: el minarete más alto del mundo con sus 72.5 metros, casi igual de antiguo que la mezquita.
Periquitos indios
Otras dos cosas que nos asombraron fueron, en primer lugar, la genial puerta de entrada al complejo donde se ve un estilo combinado de los estilos hindú y musulmán… seguro una de las primeras piezas con esta rara mezcla. En segundo, un curioso pilar de hierro de siete metros de alto y aproximadamente seis toneladas; sinceramente no es que sea estéticamente asombroso: el tema es que nadie sabe por qué a pesar de tener más de 1600 años de antigüedad, no presenta ningún tipo de corrosión… éjele con nuestros amigos indios, ¿no?
Chipmunk
Pero el descubrimiento más lindo fueron sin duda los periquitos y los chipmunks (tamias en español) que a partir de ese lugar nos acompañaron los quince días de viajes como divertidos compañeros.

 
Después de recorrer el complejo salimos hacia la tumba de Humayun, segundo emperador Mogol. Les cuento que el Imperio Mogol -¡no confundir con Mongol!- fue un poderoso estado turco islámico del subcontinente indio, que existió entre los siglos XVI y XIX. Abarcó en su período de apogeo la mayor parte de los territorios actualmente correspondientes a la India, Pakistán y Bangladés, llegando a poseer zonas del Afganistán, Nepal, Bután y este del Irán. A estos amigos mogoles nos los topamos muchas más veces, así que les contaré mucho más de ellos.
El mausoleo de Humayun
La tumba de Humayun es especialmente importante porque fue el modelo para el famosísimo Taj Mahal. Humayun no fue un chico con suerte en un principio. Heredó un imperio aún no consolidado así que se las vio difíciles. Tuvo que luchar, huir, pedir ayuda al Sah de Persia y volver recargado para recuperar su trono después de un exilio de 15 años. Y lo no tan simpático es que después de todo eso, ¡murió al caer accidentalmente de una escalera en su propia biblioteca! Su esposa  Hamida Begum que al parecer tenía muchos pantalones, le mandó construir este bonito mausoleo supongo que como premio de consolación.
De regreso en el Claridges, nos fuimos derechito a tomar el té en el jardín muy al estilo británico y luego a dormir temprano para recuperarnos del jet lag.
Primer día, ¡check! En el siguiente capítulo les contaré sobre la “vieja Delhi”…   
 
 
 

viernes, enero 10, 2014

Vive como si fueras a morir mañana; aprende como si el mundo fuera a durar para siempre. ~Gandhi

India 2013 - Capítulo 1

Puerta de la India, Nueva Delhi
La decisión de visitar la India estaba hecha desde hace muchos años. El tema más bien era ¿cuándo estaríamos preparadas para enfrentar sus extremos contrastes? Y es que las narraciones de amigos que se nos adelantaron eran muy variadas… unas muy positivas y otras, todo lo contrario. Así que optamos por hacer tripas corazón, ahorrar un montón y fijarnos la meta de aventarnos a esta andanza mística, mágica y musical de más de 24 horas de traslado en octubre-noviembre de 2013.

Así fue como, con la ayuda de nuestra querida agente de viajes de confianza, con visa tramitada y demás, el sábado 19 de octubre emprendimos la ruta México-Londres-Nueva Delhi. Quien me conoce sabe que no puedo dormir en los aviones así que está por demás contarle que se sintió laaaaargo. Más cuando la expectativa de pisar tierra india era llegar en la madrugada del lunes 21… ¡uf!

En fin, después de un viaje sin contratiempos con una corta estancia en Heathrow que nos alcanzó para comernos unos tradicionales fish and chips, y definir qué souvenirs británicos comprar al regreso, al fin desembarcamos en el aeropuerto Indira Gandhi de Nueva Delhi. Una vez hecho el trámite de migración y recogido las maletas (¡aplauso a British Airways!), nos encontramos con nuestro coordinador Ahmed en la salida internacional.

Ahmed y nuestro chofer Sij Sono nos llevaron sanas y salvas (y algo dormidas) al hotel Claridges y nos ayudaron con el registro, instrucciones, etc.  Una vez descansadas y con el desayuno en el panza (un tip: si vas a un país extraño, antes de probar la comida del lugar consume un yogur local… eso ayuda a evitar problemas estomacales), iniciamos nuestro encuentro con Nueva Delhi: la capital política de la India y el sitio donde mi héroe Gandhi fue asesinado...

Un viaje es lo único que tú compras pero que te hace más rico

Como todos los grandes viajeros, he visto más de lo que recuerdo, y me acuerdo de más de lo que he visto. ~ Benjamin Disraeli



Hay muchas cosas que me llenan el alma: tener discusiones profundas con amigos verdaderos, hacer una nueva conexión, tener el privilegio de influir en la vida de alguien para bien, ver una de mis ideas materializarse exitosamente, redactar un texto del que me sienta orgullosa, estrenar recetas con comensales incautos, releer mis libros favoritos y descubrir nuevos, consentir a alguien muy querido, encontrar una frase célebre para mi colección, disfrutar mis series de TV favoritas rodeada de mi familia –una hermana, cuatro perros y dos gatos,- emocionarme con una gran producción de cualquiera de las siete artes... pero definitivamente, una de las más satisfactorias es conquistar un nuevo destino y revivir la experiencia narrándola a quien la quiera escuchar cuando regreso a casa.

Y es que desde chicas mi mamá nos inculcó a mi hermana y a mí que leer y viajar son las mejores inversiones que pueden hacerse. Le hicimos caso y con el pasar de los años hemos ido devorando páginas y kilómetros por igual. En resumen, nos contagiamos con el virus del trotamundos y descubrimos que no hay cura.

De hecho, según mi récord en TripAdvisor, a la fecha sólo he logrado visitar el 25% del mundo. Dicho así suena un poco desilusionante; sin embargo, ese porcentaje representa haber puesto los pies en 281 ciudades ubicadas en 35 países de cinco continentes... así ya no se ve tan mal, ¿cierto? ¡El proyecto “Ser Ciudadana del Mundo” seguirá en marcha hasta que el cuerpo (y el presupuesto) aguanten!

¿Qué es lo enriquecedor de viajar? Yo opino que te hace sentir vulnerable pues te enfrenta a realidades y situaciones que te cambian. Te vuelves más flexible pues aprendes a superar obstáculos y a dejarte llevar para disfrutar de ese momento que sabes que no volverá; fomenta tu curiosidad, tu capacidad de asombro; te hace aceptar lo diametralmente opuesto a lo que acostumbras, ser empático con quien percibe y piensa distinto de ti; te lleva a disfrutar nuevas sensaciones, sabores y olores; te ofrece una nueva perspectiva y apreciación por lo que tienes en tu vida cotidiana; sobre todo, te hace ser humilde al darte cuenta lo diverso, enorme y maravilloso que es este mundo en el que vivimos.

Sabiendo que mi memoria pronto comenzará a revolver sitios y anécdotas, a instancia de mi amiga –o debería decir casi hermana- Viviana, me decidí a combinar varias de mis pasiones aprovechando la tecnología para registrar estas crónicas de viaje en lugar de sólo confiarlas a mi memoria y a los álbumes de las extraordinarias fotos digitales de las que mi hermana Laura es la autora.

Esto no es un tratado literario… su objetivo simplemente es transmitir mi muy personal perspectiva, confiando en que quien lea estas crónicas lo hará con entusiasmo por compartir la experiencia y tomará el relato con mucho sentido del humor. Así que, con su venia, inicio esta nueva “aventura bloggera” con el viaje más reciente a la exótica y mística India… ¡ojalá se animen a acompañarme!