China 2012, Capítulo 6: Dim sum, tai chi y actitud zen
Como no teníamos nada más programado en
Shanghai, en nuestra última mañana salimos a recorrer los alrededores del
hotel. Lo primero que llamó nuestra atención fueron diversos puestos de flores
y frutas y, por supuesto, de dim sum -en mi interpretación, la versión oriental
del tamal mexicano.
Para definirlo correctamente, “dim sum”
es un término cantonés que puede traducirse como "ordenar hasta satisfacer
al corazón". Es una comida china liviana que se come como aperitivo en
algún momento entre la mañana y las primeras horas de la tarde. Contiene
combinaciones de carnes, vegetales, mariscos y frutas y se suele servir en
pequeñas canastas. Por supuesto, va a acompañado siempre de té.
Caminando más allá nos encontramos amén de una panadería francesa (con letreros
en chino, claro)… ¡y con un auto que bien podría haber sido de la pantera rosa!
Seguimos un sendero y dimos con un muy
lindo parque enclaustrado en el que descubrimos un pequeño bosque de bambú, un
lago artificial y diversos matorrales de flores. Por supuesto, adoptamos una
actitud zen y disfrutamos de la tranquilidad del espacio por un buen rato.
Lo más interesante fue que, al salir,
tuvimos la suerte de ver a un señor de unos 70 años de edad (un cálculo atrevido
de mi parte pues los chinos son come-años) practicando tai chi con espada. Me
atreví a grabarlo pues sus coordinados y seguros movimientos eran hipnotizadores
y elegantes.
Por si no están familiarizados, el tai
chi -o tai chi chuan- es un arte marcial desarrollado en el Imperio de China. Originalmente,
el tai chi se creó para la lucha cuerpo a cuerpo, ya sea armada o desarmada; en
estos tiempos se le considera cada vez más tanto como una práctica
físico-espiritual muy provechosa para la salud como una técnica de meditación en
movimiento. Hoy en día es una actividad muy popular y en los parques de las
ciudades de China se puede observar por las mañanas a miles de personas
ejercitando sus movimientos lentos y fluidos.
Al salir del parque nos encontramos con
una vitrina donde pegan las páginas importantes de los diarios… digamos que
como un corcho de boletines para la comunidad.
Como ya era hora, nos fuimos de regreso
al hotel a fin de prepararnos a ir al aeropuerto. Recogimos maletas, hicimos el
check out y emprendimos camino con el chofer de la agencia y con Juan. Como llegamos
a buen tiempo, nos despedimos del guía, pasamos seguridad y recorrimos las
tiendas del aeropuerto. Nos encontramos con gran cantidad de productos típicos
chinos empaquetados para viajar siendo los más populares de la temporada los
cangrejos de río como los que vimos en Zhujiajiao.
Al final, ya cansadas de dar vueltas,
nos fuimos a leer un rato a la sala de espera y nos dispusimos a abordar el
avión hacia nuestro siguiente destino: Beijing.
Siguiente capítulo: ¿Pekín o Beijing?
Padrisimas fotos, gracias por compartir!
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