China 2012, Capítulo 8: Plaza de Tian'anmen y la Ciudad Prohibida
Después de desayunar y prepararnos con
zapatos cómodos para una larga jornada, nos encontramos con Oscar en el Lobby
del hotel, abordamos el auto y nos dirigimos a la famosa Plaza de Tian'anmen, centro
de Pekín y de la vida política de China.
En el camino hicimos una graciosa parada en una farmacia para conseguirle medicina a mi hermana a quien le aquejaba una terrible tos desde México y que a pesar de la dosis de caballo que le habían recetado una semana antes en chilangolandia, aún no se curaba. Oscar hizo su mejor esfuerzo como intérprete entre ella y la dependienta hasta que ésta le vendió unas pastillas y un jarabe que, según ella sabía tan mal que se iba a curar rápido sólo para poder dejárselo de tomar.
En el camino hicimos una graciosa parada en una farmacia para conseguirle medicina a mi hermana a quien le aquejaba una terrible tos desde México y que a pesar de la dosis de caballo que le habían recetado una semana antes en chilangolandia, aún no se curaba. Oscar hizo su mejor esfuerzo como intérprete entre ella y la dependienta hasta que ésta le vendió unas pastillas y un jarabe que, según ella sabía tan mal que se iba a curar rápido sólo para poder dejárselo de tomar.
Para ponerles en contexto les cuento
que la plaza de Tian'anmen o plaza de la Puerta de la Paz Celestial fue
construida como parte del plan urbanístico de la capital de China, con la
creación de la República Popular de China en 1949, convirtiéndose en símbolo de
la nueva China. La idea fue crear una gran explanada para los actos masivos de
adhesión política, muy al estilo de la Plaza Roja de Moscú.
Cabe mencionar que fuera de China la
plaza es tristemente más conocida por ser el centro de las protestas de un
movimiento pro democracia que finalizó el 4 de junio de 1989 con la declaración
de la ley marcial en Pekín por parte del gobierno y la muerte de al menos
cientos de manifestantes. ¿Quién no recuerda la foto ganadora del World Press
Photo de 1989, en la cual se muestra a un joven opositor enfrentando a una
columna de tanques, justamente apodado “el hombre del tanque”?
La plaza, que cubre 440 mil metros
cuadrados, está flanqueada por dos importantes edificios de estilo soviético:
al oriente el Museo Nacional de Historia y de la Revolución y al occidente el
Gran Palacio del Pueblo, sede de la Asamblea Popular Nacional; cerca de allí se
encuentra también el Gran Teatro Nacional de China… que fue nuestra primera
parada del día.
Después de admirar por fuera el
impresionante edificio del Gran Teatro, cruzamos la calle para entrar en la
plaza. Lo destacable, amén de su gran tamaño, son los distintos monumentos
erigidos; entre ellos, la Torre de Tian'anmen, el Monumento a los Héroes del Pueblo
(un obelisco de piedra, de 38 metros de altura y una inscripción realizada por
el presidente Mao Zedong en la cual se lee Los héroes del pueblo son inmortales).
Por supuesto, no puede faltar el Mausoleo de Mao Zedong donde reposa el cuerpo
embalsamado del fundador de la República Popular China. No nos detuvimos a
hacer la larga fila para entrar a ver a Mao… pero después de haber visto a
Lenin en la Plaza Roja no nos quedaron ganas de repetir la experiencia.
En la última parte de la explanada antes
de llegar a las grandes puertas del Palacio Imperial (mejor conocido como la
Ciudad Prohibida) nos encontramos con policías de pie en medio de paneles de
acrílico anti-balas y unos macetones de tamaño exorbitante llenos de flores. Claro,
también vimos la gran fachada tan conocida por la enorme fotografía de Mao
Zedong que siempre sale en los noticieros.
Ya a la entrada, pudimos admirar dos
parejas de soberbios leones esculpidos y dos pares de estelas de mármol que custodian
la Puerta Tian'anmen. Estas piedras de mármol de 10 toneladas cada una están esculpidas
con dragones que danzan entre las nubes del espacio y rematan cada una con un león.
Frente a la puerta de Tian'anmen, siete
puentes salvan la corriente del "Río de las Aguas Doradas" nombre
dado a los fosos interiores y exteriores de la Ciudad imperial. El puente
central llamado Yulu, más ancho que los otros y decorado con dragones tallados
en el mármol, era de uso exclusivo del emperador. Sucesivamente a sus lados,
los dos puentes Wanggong para servicio de los príncipes. Los dos puentes Pinji
para altos funcionarios civiles y militares, y los dos puentes Gongsheng para
funcionarios de bajo rango, soldados y sirvientes. Estos seis puentes sólo
están decorados con motivos de flores de loto.
Una vez hecha la fila, accedimos a través de un pasaje
subterráneo. La Ciudad Prohibida fue el palacio
imperial chino desde la dinastía Ming hasta el final de la dinastía Qing; es
decir, durante casi 500 años fue el hogar de los emperadores de China y su
corte, así como centro ceremonial y político del gobierno chino.
Nomás para que se den una idea, la
Ciudad Prohibida es el mayor complejo palacial superviviente del mundo y cubre
72 hectáreas. Tiene forma de rectángulo, con 961 metros de norte a sur y 753 m
de este a oeste, y contiene en la actualidad 980 edificios con 9999 estancias. Fue
diseñada para ser el centro de la antigua ciudad amurallada de Pekín y se
inserta dentro de una zona amurallada mayor llamada la Ciudad Imperial, que a
su vez queda dentro de la Ciudad Interior, que linda por el sur con la Ciudad
Exterior. Dada su enorme influencia como ejemplo de la arquitectura palacial
tradicional de China en el desarrollo cultural y arquitectónico de Asia
oriental y otras partes del mundo, fue declarada Patrimonio de la Humanidad por
la UNESCO en 1987.
Definitivamente, es apabullante… y no
solo por el tamaño, sino por la cantidad de personas que la visitan todos los
días. ¡En serio! dimos gracias a Dios por la guía de Oscar quien, en su
limitado español combinado con un inglés un poquito más amplio, nos enseñó lo
más importante. Eso sí… ahí aprendimos que en china nadie respeta las filas ni
el orden de llegada así que tuvimos que emplear el método de acceso “a la
mexicana” y conseguir espacio a codazo limpio. Me sorprendió enormemente la
actitud de los chinos de la “tercera edad” quienes empujaban aún más que los
jóvenes. Abrirse paso fue toda una experiencia, y ciertamente una no muy agradable.
Todo, todo en el interior está cargado de simbolismos
y eso es fascinante. Entre los detalles que más llamaron mi atención, a pesar
de la engentada que me di, fueron las enormes puertas, el uso del amarillo, el
rojo y el azul, las líneas de estatuas de animales sagrados que adornan las
cresterías de los tejados, los dragones imperiales y aves fénix (los primeros
representan al emperador y las segundas a la emperatriz) labrados en mármol, y los nombres poéticos de
los edificios -i.e. el Palacio de la Longevidad Tranquila, el Salón del Cultivo
Mental o el Palacio de la Pureza Celestial.
Cuando salimos a través de un gran jardín, ¡necesitamos bastante
tiempo para nuestra descompresión!
Siguiente capítulo: El Templo del Cielo
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