domingo, septiembre 14, 2014

La política es una guerra sin efusión de sangre; la guerra una política con efusión de sangre. ~Mao Zedong


China 2012, Capítulo 7: ¿Pekín o Beijing?


Al llegar al Aeropuerto Internacional Capital, nos recibió nuestro nuevo guía local: un chico muy sonriente y simpático que se presentó en un muy limitado español como “Oscar.”

Este aeropuerto, fue inaugurado el 21 de marzo de 1958 como el primer aeropuerto de la República Popular China. En ese entonces consistía en un pequeño edificio terminal, que sigue en pie hasta el día de hoy, al parecer para el uso de personalidades y vuelos chárter.

Después de varias modificaciones y para conmemorar el 50º aniversario de la fundación de la República Popular China a finales de 1999, el aeropuerto fue ampliado de nuevo. Su más ambiciosa expansión se inauguró el 29 de febrero de 2008 con motivo de los Juegos Olímpicos. Cabe mencionar que el proyecto estuvo a cargo del arquitecto inglés Norman Foster y su equipo de trabajo… seguro ya saben que este mismo arquitecto es el que diseñó el nuevo aeropuerto de la Ciudad de México.

Gracias a esta ampliación, el Aeropuerto Internacional de Pekín se ha convertido en el mayor aeropuerto del mundo, con casi un millón de metros cuadrados y la posibilidad de tránsito de 76 millones de pasajeros. Su diseño, que mezcla las influencias que está sufriendo China, hace presente lo tradicional con las más modernas tecnologías. Se asemeja a una torre Eiffel tumbada que cuenta con techos transparentes de colores rojo y amarillo (bandera de China). Honestamente, es uno de los aeropuertos más impresionantes que he tenido la fortuna de conocer.

Una vez fuera de la terminal, nos dirigimos al auto en el que el chofer estaba esperando para subir las maletas y tomar camino hacia el hotel Beijing Novotel Peace. Cansadas pero animadas por ver esta gran ciudad, nos encontramos con el recibimiento esperado por parte de una megalópolis: ¡un gran embotellamiento! Estuvimos aproximadamente dos horas atrapados entre autos, autobuses, taxis y demás, debido según Oscar a un accidente en la vía rápida -bueno, evidentemente no tan rápida.

A guisa de introducción les cuento que esta ciudad es reconocida actualmente como el corazón cultural, político y social de China. La pregunta es: ¿lo correcto es llamarla Pekín o Beijing? La respuesta es la siguiente: “Pekín” (que significa “Capital del Norte”) es la adaptación al español de la forma latina oficial antigua “Peking” que, según la RAE, es la forma recomendada de llamar a esta ciudad en español. Esta última forma correspondía al método de transcripción del sistema postal chino y reflejaba la pronunciación arcaica de la sílaba jing. Para ir contra la RAE, resulta que en la actualidad, la República Popular China utiliza exclusivamente la forma “Beijing”, correspondiente al sistema de transcripción oficial hanyu pinyin. Así que, cómo ustedes elijan llamarle recae en si deciden hacerle caso a la RAE o al gobierno de China…

Cuando al fin llegamos al hotel, nos registramos, y después de quedar de acuerdo con Oscar sobre la hora de salida al día siguiente, subimos a la habitación a descansar y refrescarnos un poco. Lo rarísimo fue encontrarnos con máscaras anti-gas en el closet... ¡esa sí fue novedad!


Una vez listas, bajamos al restaurante del hotel a cenar. La sorpresa mayor fue encontrarnos a una chica mexicana estudiante de hotelería que amablemente atendió nuestra mesa. Mi mayor desilusión: su cara cuando le pregunté si podría pedir una limonada… ¡en China no hay limones!  


Siguiente capítulo: Plaza de Tian'anmen y la Ciudad Prohibida





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