Londres 2013,
Capítulo 7: Cutty Sark
En nuestro tercer día en Londres nos dirigimos hacia
Greenwich a fin de aprovechar el tiempo en uno de los lugares que yo siempre
había querido visitar. Después de un largo viaje en el Tube y de hacer conexión
en la red de trenes ligeros que recorre las afueras de la ciudad, nos
encontramos con el Barco-Museo Cutty Sark. Seguramente les sonará bastante el nombre
dado que fue la inspiración para la reconocida marca de whiskey… si se fijan en
la etiqueta de la botella, encontrarán al barco clipper que es el protagonista de la primera escala del día.
Cutty Sark |
El Cutty Sark comenzó su aventurada vida en altamar
gracias al comercio de té que en aquella época era muy activo en las líneas
entre China y Londres. Este comercio generaba grandes beneficios si se llegaba
a Gran Bretaña con el primer té de la temporada. En la carrera del té de 1872
contra el clipper Thermopylae ambos buques abandonaron Shangai juntos el 18 de
junio. Desafortunadamente, el Cutty Sark sufrió una avería en el timón que le
hizo arribar a Londres el 18 de octubre, una semana después que el Thermopylae.
A pesar de que había perdido la carrera, se hizo famoso porque su capitán
prefirió continuar el viaje con un timón improvisado antes que detenerse en un
puerto para efectuar las reparaciones.
Mascarones de proa |
A finales del siglo XIX los clipper fueron sustituidos por los más fiables barcos de vapor en
la carrera del té. El Cutty Sark fue destinado entonces al comercio de lana con
Australia y consiguió transportar cargas de lana en sólo 67 días. En 1895 el
Cutty Sark fue vendido a la naviera portuguesa Ferreira; en 1916 fue reconvertido
en goleta en el puerto de Ciudad del Cabo (Sudáfrica). En 1922 el capitán
inglés Wilfred Dowman compró el buque, lo devolvió a su aspecto original y
destinó la embarcación como buque de entrenamiento. En 1954 fue llevado a
Greenwich donde ahora está expuesto al público como barco-museo.
Visitarlo fue muy divertido pues los ingleses se las
ingenian siempre para dar un toque de entretenimiento y enseñanza. Por ejemplo,
aprendí que quien puso de moda tomar té en ese país fue la princesa portuguesa Catalina
de Braganza después de casarse con el Rey Carlos II de Inglaterra. Y vaya que influyó
pues hasta la fecha sigue siendo la bebida más vinculada a la cultura
británica.
El barco está totalmente restaurado y se puede visitar en su totalidad. Se pueden ver los camerinos de los oficiales y de los marinos, el timón, el área de carga donde estibaban la mercancía… y todo eso guiado por breves videos y carteles que resumen perfectamente lo que es la vida en el mar. Asimismo, pudimos entretenernos con una exhibición de mascarones de proa de distintos barcos e inclusive tomar un almuerzo ligero en la cafetería del museo. Esta breve visita definitivamente nos preparó para la segunda escala en Greenwich: el Observatorio Real.
Siguiente capítulo: El Meridiano de Greenwich
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