sábado, julio 05, 2014

Un viaje de mil millas comienza con el primer paso. ~Lao-tsé

China 2012, Capítulo 1: Hacia la Sección Amarilla

Empezaré por confesar que volar a China no estuvo jamás en el To Do del proyecto "Ser Ciudadana del Mundo" hasta que mi hermana vio una serie en la televisión en la que una suertuda estadounidense tiene el envidiable trabajo de reportar sus viajes... ¡experiencias pagadas al 100% por la televisora por supuesto! -nótese el desagradable verde que adorna mi faz cada vez que ella aparece en pantalla desde un nuevo recóndito lugar.
El día que marcó nuestro destino fue un domingo en que la mencionada conductora hizo un reportaje sobre un lugar en China donde se tomó una foto abrazando a un oso Panda... ahí terminó la discusión sobre el rumbo que tomaría el viaje vacacional anual.
 
Lo siguiente fue averiguar cómo llegar ahí y qué más había que ver en China (efectivamente, así es como establecemos nuestras prioridades). Pusimos manos a la obra -y a los ahorros- para solicitar atentamente a nuestra amada agente de viajes que nos armara el itinerario adecuado para tener tiempo suficiente de explorar algo de lo más sobresaliente de ese enigmático y milenario país.
Mi visa
Siendo China no solo el más poblado, sino el tercer país más extenso del planeta (sólo le ganan Rusia y Canadá), fue complicado elegir qué lugares visitar.
 
Después de oleadas de correos electrónicos, logramos acordar un itinerario muy completo que en 15 días nos llevaría a conocer siete lugares: Shanghai, Beijing, Xian, Chengdu, Guilin, Guangzhou y Hong Kong.
 
Esta combinación nos gustó pues incluía sitios icónicos que incluían puntos relevantes en todos los aspectos: historia, naturaleza, arte y política. 
 
Una vez acordada la ruta y después de tramitar las visas, emprendimos el largo viaje México-San Francisco-Shanghai el 21 de octubre de 2012.
 
Próximo capítulo: ¡Nihao Shanghai!

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