India
2013, Capítulo 16: Varanasi, Sarnath y el ciclo kármico budista
Las cuatro nobles verdades del budismo son:
En la India, la idea de reencarnación era ya parte del contexto en el que nació el budismo. En el budismo se prefiere el término "renacimiento" en vez de "reencarnación", debido a que no afirma la existencia de un alma perdurable que pueda transmigrar. El renacimiento no es visto como algo deseable, ni significa un determinismo o destino. El camino budista sirve para que la persona pueda liberarse de esa cadena de causas y efectos. Si bien el individuo debe experimentar las circunstancias en las que le toca vivir, a la vez es el único responsable de lo que decida hacer frente de ellas. De entrada, la ética budista se basa en estos cinco preceptos: no tomar la vida de nadie, no tomar lo que no me pertenece, no tener una conducta sexual dañina, no decir mentiras, no consumir intoxicantes.
En Sarnath tuvimos la oportunidad de observar a los monjes budistas y otros creyentes realizar varias ceremonias con velas y flores en el sitio arqueológico donde están los vestigios descubiertos por el Arqueólogo Alexander Cunningham de varios monumentos o stupas construidos por el Emperador Aśoka marcando los sitios exactos donde estuvo Buda y una marca cubierta de oro donde se sentó a predicar su primer sermón.
Aarti es un importante ritual hindú en el que la luz, música, distintos artefactos, fuego, agua y cánticos juegan el papel principal y para mí fue una vivencia maravillosa con la que Varanasi, la ciudad más santa, nos dio la bienvenida a la faceta mística de India.
Llegó la hora de marcharnos en avión a la ciudad de
Varanasi, con escala previa en Delhi. Al llegar al aeropuerto de Jaipur nos
despedimos de Sono, agradeciéndole su gentil compañía. Parvindra nos había
explicado que debajo del auto, Sono llevaba un amuleto sij para asegurar que
nos sintiéramos seguras durante todos los trayectos que compartimos con él…
creo que fue muy efectivo porque a pesar de que la barrera del idioma no nos
permitió conversar con él, realmente le tomamos mucha confianza y le dejamos
con cierta melancolía.
Al llegar a Varanasi nos encontramos con un
aeropuerto lleno a tope de peregrinos musulmanes regresando a casa de su viaje
anual a la Mecca… valga la comparación pero ¡me sentí en el atrio de la
Basílica de la Virgen de Guadalupe en los días posteriores al 12 de diciembre!
Después de sortear maletas y gente, nos encontramos
con nuestro nuevo guía local: un chico bastante buena onda de nombre Haram. Después
de brindarnos una cálida bienvenida, nos explicó que primero iríamos al hotel a
dejar maletas, a refrescarnos y a comer un rápido almuerzo. Hecho eso, iríamos
a Sarnath: una de las cuatro ciudades santas del budismo. Al atardecer, nos
llevaría a presenciar la ceremonia hindú llamada “Aarti” en la orilla del
Ganges.
Seguramente ya habrán deducido que Varanasi es la
capital religiosa de India. De acuerdo con la leyenda, esta ciudad fue fundada
por Shiva; del lado más científico, los arqueólogos han establecido que tiene
más de 4000 años de antigüedad. Antes se le conocía con el nombre de Kashí que
significa ‘la espléndida’. En la actualidad, los hinduistas la consideran una
de las principales ciudades de peregrinación.
Ya listas para iniciar esta experiencia, nos subimos al auto para dirigirnos a Sarnath, ubicada a unos
13 kilómetros al norte de Varanasi. Éste es el lugar histórico donde Buda por
primera vez predicó el budismo hace 2,500 años, dando nacimiento al Dharma –doctrina-
y siendo así la cuna de la primera comunidad budista.
Al llegar a Sarnath, Haram nos dio una introducción
al budismo. En resumen, les cuento que éste se desarrolló a partir de las
enseñanzas difundidas por su fundador Siddhartha Gautama (Buda), alrededor del
siglo V a. C. en el noreste de la India. Experimentó una rápida expansión hasta
llegar a ser la religión predominante en India en el Siglo III a. C. En este
siglo, el emperador indio Aśoka lo estableció como religión oficial en su enorme imperio,
mandando embajadas de monjes budistas a todo el mundo hasta entonces conocido. En el
siglo VII inició su declive en India, aunque para entonces ya se habría
expandido a muchos territorios. En el siglo XIII había llegado a su casi
completa desaparición de la India, pero se había propagado con éxito por la mayoría
del continente asiático. Hoy día el budismo es en número de seguidores una de
las grandes religiones del planeta.Las cuatro nobles verdades del budismo son:
- La vida incluye duḥkha (sufrimiento, insatisfacción o descontento)
- El origen del sufrimiento es el tṛṣṇā (anhelo, deseo, literalmente sed)
- El sufrimiento puede extinguirse cuando se extingue su causa
- El noble camino es el método para extinguir al sufrimiento . Este camino comprende la sabiduría, la conducta ética y el entrenamiento o cultivo de la ‘mente y corazón’ por medio de meditación, atención y la plena consciencia del presente de manera continua.
En la India, la idea de reencarnación era ya parte del contexto en el que nació el budismo. En el budismo se prefiere el término "renacimiento" en vez de "reencarnación", debido a que no afirma la existencia de un alma perdurable que pueda transmigrar. El renacimiento no es visto como algo deseable, ni significa un determinismo o destino. El camino budista sirve para que la persona pueda liberarse de esa cadena de causas y efectos. Si bien el individuo debe experimentar las circunstancias en las que le toca vivir, a la vez es el único responsable de lo que decida hacer frente de ellas. De entrada, la ética budista se basa en estos cinco preceptos: no tomar la vida de nadie, no tomar lo que no me pertenece, no tener una conducta sexual dañina, no decir mentiras, no consumir intoxicantes.
En Sarnath tuvimos la oportunidad de observar a los monjes budistas y otros creyentes realizar varias ceremonias con velas y flores en el sitio arqueológico donde están los vestigios descubiertos por el Arqueólogo Alexander Cunningham de varios monumentos o stupas construidos por el Emperador Aśoka marcando los sitios exactos donde estuvo Buda y una marca cubierta de oro donde se sentó a predicar su primer sermón.
Después de recorrer la parte arqueológica, Haram nos
llevó al pequeño museo de sitio donde pudimos ver varias estatuas de Buda y de
los símbolos que representan India y al budismo. De regreso a Varanasi, nos
detuvimos en uno de los templos construídos por distintos países asiáticos
donde el budismo es la religión más importante. El templo tailandés nos dio
oportunidad de ver un Buda iluminado por el sol que comenzaba a ponerse en el
oeste.
Después de despedirnos de los budistas, nos dimos a
la tarea de llegar oportunamente a presenciar desde una plataforma tipo "palco" frente al río, la hermosa ceremonia con la que
siete jóvenes sacerdotes brahamanes diariamente dan las “buenas noches” a la
diosa ganga, que es como los hindúes conocen al Río Ganges. Aarti es un importante ritual hindú en el que la luz, música, distintos artefactos, fuego, agua y cánticos juegan el papel principal y para mí fue una vivencia maravillosa con la que Varanasi, la ciudad más santa, nos dio la bienvenida a la faceta mística de India.
Próximo capítulo: Amanecer en el Ganges
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