viernes, marzo 07, 2014

Para enseñar a los demás, primero has de hacer tú algo muy duro: has de enderezarte a ti mismo. ~Buda

India 2013, Capítulo 16: Varanasi, Sarnath y el ciclo kármico budista

Llegó la hora de marcharnos en avión a la ciudad de Varanasi, con escala previa en Delhi. Al llegar al aeropuerto de Jaipur nos despedimos de Sono, agradeciéndole su gentil compañía. Parvindra nos había explicado que debajo del auto, Sono llevaba un amuleto sij para asegurar que nos sintiéramos seguras durante todos los trayectos que compartimos con él… creo que fue muy efectivo porque a pesar de que la barrera del idioma no nos permitió conversar con él, realmente le tomamos mucha confianza y le dejamos con cierta melancolía.
Al llegar a Varanasi nos encontramos con un aeropuerto lleno a tope de peregrinos musulmanes regresando a casa de su viaje anual a la Mecca… valga la comparación pero ¡me sentí en el atrio de la Basílica de la Virgen de Guadalupe en los días posteriores al 12 de diciembre!

Después de sortear maletas y gente, nos encontramos con nuestro nuevo guía local: un chico bastante buena onda de nombre Haram. Después de brindarnos una cálida bienvenida, nos explicó que primero iríamos al hotel a dejar maletas, a refrescarnos y a comer un rápido almuerzo. Hecho eso, iríamos a Sarnath: una de las cuatro ciudades santas del budismo. Al atardecer, nos llevaría a presenciar la ceremonia hindú llamada “Aarti” en la orilla del Ganges.
Seguramente ya habrán deducido que Varanasi es la capital religiosa de India. De acuerdo con la leyenda, esta ciudad fue fundada por Shiva; del lado más científico, los arqueólogos han establecido que tiene más de 4000 años de antigüedad. Antes se le conocía con el nombre de Kashí que significa ‘la espléndida’. En la actualidad, los hinduistas la consideran una de las principales ciudades de peregrinación.

Ya listas para iniciar esta experiencia, nos subimos al auto para dirigirnos a Sarnath, ubicada a unos 13 kilómetros al norte de Varanasi. Éste es el lugar histórico donde Buda por primera vez predicó el budismo hace 2,500 años, dando nacimiento al Dharma –doctrina- y siendo así la cuna de la primera comunidad budista.
Al llegar a Sarnath, Haram nos dio una introducción al budismo. En resumen, les cuento que éste se desarrolló a partir de las enseñanzas difundidas por su fundador Siddhartha Gautama (Buda), alrededor del siglo V a. C. en el noreste de la India. Experimentó una rápida expansión hasta llegar a ser la religión predominante en India en el Siglo III a. C. En este siglo, el emperador indio Aśoka lo estableció como religión oficial en su enorme imperio, mandando embajadas de monjes budistas a todo el mundo hasta entonces conocido. En el siglo VII inició su declive en India, aunque para entonces ya se habría expandido a muchos territorios. En el siglo XIII había llegado a su casi completa desaparición de la India, pero se había propagado con éxito por la mayoría del continente asiático. Hoy día el budismo es en número de seguidores una de las grandes religiones del planeta.

Las cuatro nobles verdades del budismo son:
  1.  La vida incluye duḥkha (sufrimiento, insatisfacción o descontento)
  2. El origen del sufrimiento es el tṛṣṇā (anhelo, deseo, literalmente sed)
  3. El sufrimiento puede extinguirse cuando se extingue su causa  
  4. El noble camino es el método para extinguir al sufrimiento . Este camino comprende la sabiduría, la conducta ética y el entrenamiento o cultivo de la ‘mente y corazón’ por medio de meditación, atención y la plena consciencia del presente de manera continua.
En el budismo, el karma puede ser explicado como un fenómeno análogo a la inercia. Según esta visión, el individuo genera tendencias a través de sus causas. Un pensamiento, palabra o acción intencional, si se repite, se convierte en costumbre y condicionará una tendencia en el mismo sentido. En el futuro, las causas no necesariamente serían intencionales, sino que estarían influidas por causas previas. En este sentido, el karma constituye una influencia inconsciente, condicionante pero no determinante, pues somos siempre libres y podemos contrarrestar nuestras influencias o tendencias negativas. Aunque sean escasos en porcentaje, tenemos numerosos ejemplos de personas que han cambiado radicalmente de vida. El camino budista busca erradicar la ignorancia y romper esta cadena, es lo que se conoce como nirvana (el cese) de esta cadena o ciclo kármico.

En la India, la idea de reencarnación era ya parte del contexto en el que nació el budismo. En el budismo se prefiere el término "renacimiento" en vez de "reencarnación", debido a que no afirma la existencia de un alma perdurable que pueda transmigrar. El renacimiento no es visto como algo deseable, ni significa un determinismo o destino. El camino budista sirve para que la persona pueda liberarse de esa cadena de causas y efectos. Si bien el individuo debe experimentar las circunstancias en las que le toca vivir, a la vez es el único responsable de lo que decida hacer frente de ellas. De entrada, la ética budista se basa en estos cinco preceptos: no tomar la vida de nadie, no tomar lo que no me pertenece, no tener una conducta sexual dañina, no decir mentiras, no consumir intoxicantes.

En Sarnath tuvimos la oportunidad de observar a los monjes budistas y otros creyentes realizar varias ceremonias con velas y flores en el sitio arqueológico donde están los vestigios descubiertos por el Arqueólogo Alexander Cunningham de varios monumentos o stupas construidos por el Emperador Aśoka marcando los sitios exactos donde estuvo Buda y una marca cubierta de oro donde se sentó a predicar su primer sermón.

Después de recorrer la parte arqueológica, Haram nos llevó al pequeño museo de sitio donde pudimos ver varias estatuas de Buda y de los símbolos que representan India y al budismo. De regreso a Varanasi, nos detuvimos en uno de los templos construídos por distintos países asiáticos donde el budismo es la religión más importante. El templo tailandés nos dio oportunidad de ver un Buda iluminado por el sol que comenzaba a ponerse en el oeste.
Después de despedirnos de los budistas, nos dimos a la tarea de llegar oportunamente a presenciar desde una plataforma tipo "palco" frente al río, la hermosa ceremonia con la que siete jóvenes sacerdotes brahamanes diariamente dan las “buenas noches” a la diosa ganga, que es como los hindúes conocen al Río Ganges.

Aarti es un importante ritual hindú en el que la luz, música, distintos artefactos, fuego, agua y cánticos juegan el papel principal y para mí fue una vivencia maravillosa con la que Varanasi, la ciudad más santa, nos dio la bienvenida a la faceta mística de India.

Próximo capítulo: Amanecer en el Ganges

 

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